El empresario Iván Curbelo pretende crear "el mayor mercado gastronómico de Canarias" en las antiguas Afortunadas, en el barrio portuense de La Ranilla, pero su iniciativa tropieza con el planeamiento vigente: el Plan de Modernización y Mejora (PMM) prevé en la parcela un aparcamiento como uso principal. Curbelo considera que "falta voluntad política" para facilitar la puesta en marcha de una iniciativa empresarial que, según sostiene, "crearía unos 200 puestos de trabajo y se convertiría en un nuevo atractivo turístico para el Puerto de la Cruz".

El alcalde de la ciudad, Lope Afonso (PP), conoce las líneas básicas del proyecto, pero espera que Curbelo concrete un proyecto técnico que se pueda adaptar a la parcela elegida o a otra de la ciudad: "La idea gusta, pero tal y como la plantean no cabe en el solar que han propuesto", recalcó Afonso.

"No se trata de una cuestión de voluntad política, sino de una cuestión técnica y legal. Si nos traen un proyecto que se adapte al PMM, que prevé para esa parcela un uso principal como aparcamiento, nosotros estaríamos encantadísimos", destaca el alcalde.

El Mercado Santo que promueve Curbelo incluye varios restaurantes de cocina de diferentes partes del mundo, un mercado gourmet y un ambiente marino, pesquero y con toques de arquitectura religiosa. Asegura que la infraestructura se realizará sin obras de envergadura, "únicamente con estructuras prefabricadas".

"El proyecto aprovecha buena parte de las edificaciones del antiguo negocio de Las Afortunadas y añade un gran parque infantil y un pequeño auditorio para actuaciones y proyecciones", detalla el promotor. Su idea es que este recinto pudiera convertirse en un lugar de encuentro para vecinos y visitantes.

"No vamos a hacer grandes obras, pero estamos a expensas de los técnicos. No entendemos que se dé prioridad a un aparcamiento que nadie va a desarrollar ahora y que crearía dos puestos de trabajo, frente a una iniciativa que generaría mucho empleo y un nuevo atractivo turístico. Lo que pedimos es que el PMM se suspenda en la parcela durante al menos diez años para poder darle un uso temporal como mercado", destaca el promotor.