Calixto Sosa Pacheco reside en el Norte de Tenerife y es uno de los miles de conductores que circulan a diario por la autopista del Norte (TF-5) en horas punta. Le tocó sufrir los primeros atascos hace casi 20 años, cuando empezó a estudiar en la Universidad de La Laguna (ULL), y cada día sigue sufriéndolos de camino a su trabajo en Santa Cruz de Tenerife. En las dos últimas décadas, a razón de una media "a la baja" de 30 minutos diarios, este joven licenciado en física e ingeniero técnico en Obras Públicas calcula que ya ha perdido 108 días de su vida en los atascos. Su caso individual ayuda a entender mejor la dimensión global del problema.

El cálculo es sencillo. El trayecto entre su domicilio -antes en La Orotava y ahora en La Victoria- debía durar, como mucho, 30 minutos de media. Sin embargo, los habituales atascos provocan que la duración del desplazamiento se duplique y sea, normalmente, de unos 60 minutos. Media hora perdida.

Sosa se ha puesto a hacer números. Ha descontado sus días de vacaciones y las semanas en las que no hay colas, pero el resultado sigue siendo demoledor: 108 días perdidos. 2.592 horas desaprovechadas.

La historia de Sosa es la historia de muchos residentes en el Norte. Cuando usaba el coche compartido, en la época de estudiante, "la ruta se pasaba en silencio o durmiendo, o repasando para los exámenes". Eso sí, cuando tocaba examen a primera hora, salían a las seis de la mañana, "con dos horas de margen".

Hace años intentaba usar rutas alternativas, "pero los mal llamados atajos obligaban a recorrer más kilómetros y casi siempre llegabas aún más tarde. Ya me quedo en la autopista y me tomo la cola con más filosofía. Los compañeros ahora son la radio y el manos libres. Trato de aprovechar el rato para informarme y planificar o resolver cuestiones de trabajo vía telefónica".

Cuando tiene que viajar, madruga mucho más: "Ya he corrido muchas veces por el aeropuerto para no perder el avión".

"Cuando la cola llega al Valle de La Orotava o se anuncia que hay atasco por accidentes, doy media vuelta y me quedo trabajando en casa. Es una suerte poder hacerlo, pero no todos pueden", lamenta.

A su juicio, la solución a las colas pasaría por una actuación integral: "Más educación para reducir el uso del vehículo particular y potenciar el colectivo, que debe mejor mucho; descentralización de las administraciones; flexibilidad horaria laboral, tanto de administraciones como de empresas; más teletrabajo; intercambiadores; mejora de enlaces, y la creación de alguna vía de circunvalación del área metropolitana no vinculada a centros comerciales".

las cifras

30 minutos diarios perdidos en los atascos de la TF-5 cinco días a la semana. Esa es la media a la baja que calcula este usuario que ha perdido en la TF-5. Lo normal es que un trayecto que debe durar 30 minutos dure como mínimo 60.

2.592 horas perdidas en los atascos de la autopista en casi 20 años. Tiempo suficiente para viajar de Madrid a Nueva York unas 324 veces, o para ver 1.728 partidos de fútbol.