El Refugio Internacional de Animales, que en la actualidad acoge a 80 perros abandonados, espera una orden de desahucio inminente de su sede en La Orotava, ubicada en la trasera del Hospital Veterinario Tenerife Norte. Esta asociación, que ya fue desalojada de su antiguo refugio en Punta Brava en 2008, se enfrenta a un nuevo desahucio, promovido ahora por los propietarios de unas instalaciones alquiladas desde 2009.

La asociación que preside Inger Jacobsen tuvo que dejar su refugio en Punta Brava por las obras de ampliación de la carretera hace siete años. En la actualidad se enfrentan a una orden de desahucio de una propiedad por la que pagan 572 euros mensuales, según asegura la secretaria del refugio, Estefanía Caridad.

El colectivo sostiene que siempre ha pagado la renta de alquiler y que este desahucio, amparado por una sentencia judicial, tiene su origen en el desencuentro entre la asociación y el cercano hospital veterinario. Afirman que el hospital es el arrendador de la propiedad y que el desahucio se debe a que "el refugio dejó de ser cliente suyo porque buscábamos precios más asequibles para poder aprovechar mejor las donaciones".

EL DÍA contactó ayer con el Hospital Veterinario Tenerife Norte y una fuente autorizada aseguró que "esta empresa no tiene nada que ver con el refugio, no es propietaria de las instalaciones que utilizan y tampoco se las ha alquilado. Esas instalaciones tienen unos propietarios; no son del hospital".

Caridad recuerda que los problemas con el alquiler del refugio comenzaron en marzo de 2014, "cuando nos dieron 20 días para desalojarlo. Recurrimos y el Juzgado Nº5 de La Orotava nos dio la razón y consideró que el alquiler tenía vigencia hasta 2017. Sin embargo, los propietarios recurrieron a la Audiencia Provincial, que aceptó su recurso, y por eso estamos esperando una orden de desahucio en cualquier momento".

"No tenemos ningún lugar donde llevar a 80 perros. Tenemos un terreno que nos donaron en La Orotava, pero aún estamos tramitando permisos y hace falta construir un refugio. Eso no se hace de un día para otro", advierte Caridad, quien subraya: "Este no es un problema de cuatro locos que aman a los perros, hablamos de un problema sanitario y de seguridad que afecta a todos. Si nos echan, tampoco podremos recoger más animales".