El Ayuntamiento de Los Realejos presentó ayer una dura campaña que aspira a terminar con la proliferación de cacas de perros en los espacios públicos del municipio. La iniciativa incluye una campaña de control de comportamientos incívicos con policías locales "de uniforme y de paisano"; multas de entre 100 y 2.000 euros para los que dejen en la vía pública los excrementos de sus mascotas, y dos llamativos carteles: uno destinado al público infantil y otro, el más impactante, que muestra a un hombre desnudo con cabeza de cerdo, bajo el lema "así te retratas cuando no recoges la caca de tu perro".

El alcalde realejero, Manuel Domínguez (PP), y la edil de Sanidad, Carolina Toste (PP), recalcaron que la campaña "no tiene afán recaudatorio", sino la intención de mejorar la convivencia y la imagen del municipio. El mandatario explicó que a partir del 1 de enero de 2017 se incorporará la posibilidad de que las sanciones económicas se sustituyan por servicios a la comunidad relacionados con la infracción. Los sancionados podrán expiar sus culpas recogiendo cacas de calles, jardines y aceras de Los Realejos.

"Queremos hacer un llamamiento al civismo, que nadie permita en la acera de su calle lo que no permite en el zaguán de su casa", explicó Domínguez.

El objetivo municipal es acabar con la presencia de excrementos en las aceras, "lo que constituye una barrera más para personas con discapacidad"; en los jardines, "para evitar que el personal que trabaja allí tenga que ausentarse de su puesto para cambiarse de ropa porque se ha manchado", y en general en todos los espacios públicos.

Según recalcó el alcalde, acabar con las cacas de perro en las calles es una demanda reiterada del sector comercial y de los menores realejeros, representados en el Consejo Municipal de la Infancia.