La maternidad del acuario de Loro Parque, en el Puerto de la Cruz, acoge en la actualidad a unas 600 crías de diferentes especies de peces, tiburones o crustáceos, y vive ahora un auténtico baby boom de peces payaso. La especie de llamativo colorido (naranja, blanco y negro) que hizo mundialmente famosa la película "Buscando a Nemo", que en el caso de Loro Parque podría cambiar su título por un más exacto "Criando a Nemo".

El acuario de Loro Parque no solo alberga los tanques expositivos donde el público puede comprobar la belleza de multitud de especies marinas. En la trastienda de esta instalación se encuentra la planta de maternidad, un espacio donde los bebés se desarrollan hasta estar grandes y fuertes.

Se trata de un lugar conocido también como "la cuarentena", que tiene un estricto sistema de filtración con una gran capacidad de esterilización y todas las medidas higiénicas posibles para evitar infecciones y contagios que afecten al sistema inmunológico de los más pequeños. Aquí, en la cuarentena, la planta de maternidad es parecida a la de un hospital para personas.

Actualmente en esta planta hay cientos de ejemplares de pez payaso, gambas lysmata y neones de agua dulce.

En el agua salada los profesionales del acuario esperan que los cardenales de Banggai se reproduzcan sin problemas. A esto hay que unir el exitoso nacimiento de una cría de tiburón cebra y de más tiburones grises.

La conservadora del acuario, Ester Alonso, explica que "si el animal está cómodo y no tiene que competir por la comida, el espacio, o con otros machos, su energía se destina a reproducirse".

Sobre el cuidado de los peces en esta cuarentena, destaca que "en maternidad intentamos evitar la medicación a los bebés, por eso, es tan importante la alimentación y que se encuentren sanos y fuertes. La mayoría de los peces pequeños comen zooplancton vivo y eso lo tenemos garantizado porque lo cultivamos nosotros mismos en el acuario. Para alimentar a los bebés por la noche, un circuito de alimentación nocturno a través de goteo permite que los peces sigan comiendo y no se reduzca su supervivencia".

Alonso señala que "Loro Parque intercambia especies con otros acuarios para asegurar la reproducción, estableciéndose así una reciprocidad beneficiosa entre profesionales de todos los acuarios para fomentar el conocimiento sobre las diferentes especies".

"Con los tiburones grises nuestro éxito fue el trabajo de un equipo que logra que el ecosistema expositivo se asemeje mucho al natural y permita activar el sistema reproductivo de los tiburones. Por ejemplo, en invierno se puso una temperatura mucho más baja y menos horas de luz, y en verano se adoptó una temperatura más alta y con más horas de luz. Como ocurre en la naturaleza", apunta Alonso.

El acuario del Loro Parque cuenta con doce exhibiciones temáticas en tanques que albergan un total de 1.200.000 litros de agua. Toda el agua que alimenta los acuarios se obtiene directamente del océano Atlántico, desde la costa ubicada a tan sólo 150 metros del parque. La situación privilegiada de las Islas Canarias permite disponer de un agua marina de calidad excepcional, que circula por un sistema que la filtra, la trata y la esteriliza, "garantizando unas condiciones óptimas para adecuarla a cada acuario".

Las exhibiciones con ecosistemas de agua dulce emplean modernos sistemas de ósmosis inversa que eliminan las impurezas y proporciona agua libre de sales.