La Rambla de Castro, en el municipio de Los Realejos y un espacio con catalogación de paisaje protegido, requiere de una intervención urgente. Deterioro, suciedad, desprendimientos, vallas, escombros, muerte... Todo refleja desidia, aunque el Cabildo de Tenerife tiene proyectada la intervención necesaria durante este año. La zona más afectada es el Fortín de San Fernando y el sendero de acceso a la playa de Castro.

Este recurso natural es un paraje que forma parte del patrimonio turístico de la Isla. Hace más de dos años que el enclave espera por las obras que se precisan. Desde el Ayuntamiento de Los Realejos, "hemos insistido en que lo resuelvan, pero no han hecho nada absolutamente".

Un grupo de caminantes hace públicas sus quejas centradas no solo en los aspectos más comunes que terminan en reflejar abandono, sino "en la falta de interés que demuestran nuestras autoridades por mantener en condiciones recursos turísticos que solo pueden servir para contribuir a mejorar los resultados de la economía insular".

El concejal realejero José Alexis Hernández muestra su preocupación ante las posibles consecuencias negativas e irreparables que puedan afectar a este elemento histórico y patrimonial de la villa de Los Realejos, cuyo cierre parcial en la actualidad no permite disfrutar al completo del inigualable paraje natural de Rambla de Castro a residentes ni visitantes. Advierte de sus consecuencias, exigiendo "que se afronte como un asunto de máxima prioridad la ejecución definitiva del proyecto en cuestión a la mayor brevedad posible".

Se hace necesaria la rehabilitación del sendero principal que conecta La Casona con la playa de Castro, que se encuentra interrumpido y en muy mal estado por el desbordamiento del barranco de La Fajana desde hace unos años, así como la consolidación del Fortín de San Fernando, cuya estabilidad se está viendo comprometida por la erosión natural de parte de los terrenos en que se asienta y que ha provocado el descalce de su base con riesgo de derrumbe".

Las principales actuaciones previstas en el proyecto en cuestión consisten, básicamente, en la limpieza de la traza, la construcción de muros de contención y empedrados, la construcción de estructuras de protección y delimitación del sendero, así como en el control de la erosión de los márgenes que afectan al mismo. Se prevé que todas las estructuras se dispondrán de forma que contribuyan a mantener el carácter natural del entorno sobre el que se actúa.

El presupuesto de los trabajos en el año 2015 estaba cifrado en 120.735,35 euros. "Es una pena, pero estamos perdiendo unos cuantos años y el deterioro puede ser irreversible".