El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, y su homóloga de Güímar, Carmen Luisa Castro, muestran su preocupación "ante el uso incorrecto del estiércol en terrenos agrícolas en las últimas fechas, lo que produce fuertes olores y molestias a vecinos de zonas colindantes, especialmente cuando se trata de los restos de gallinaza".

Ante la falta de regulación más explícita de administraciones superiores, los dos alcaldes impulsan la redacción de una ordenanza reguladora del Transporte, Utilización y Vertido de Fertilizantes de Origen Animal.

Ambos han pedido ayuda a otras administraciones sin respuesta, por lo que para dar a luz a estas nuevas ordenanzas municipales solicitan la colaboración de asociaciones agrarias a fin de que el texto final "resulte del consenso con los distintos colectivos del sector", como Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), Asociación de la Papa Bonita, Plataforma Agrícola Libre de Canarias (Palca) y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), entre otras.

"No estamos en contra de la agricultura y del uso de este tipo de fertilizantes naturales, pero hemos de garantizar la convivencia ciudadana advirtiendo a quienes lo utilizan de que existen una serie de condiciones para generar menos molestias", indicaron.