La Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras en el Mar solicita que se regule la actividad de los cabreros "para dignificar el sector y acabar con la marginalidad". Juan Amílcar Fariña Acosta, representante de este colectivo estrechamente vinculado con los cabreros del Norte de la Isla, explica que en la actualidad "se trata de un sector desregularizado, por lo que los cabreros no tienen un lugar en el que estar legalmentre y ni siquiera se definen las zonas de tránsito o de pastoreo".

"No hay un Plan General de Ordenación (PGO) ni otra norma que proteja el derecho de los cabreros a pasar por lugares por los que históricamente han pasado", advierte Fariña.

A su juicio, "es necesario que se habiliten y regulen lugares donde los cabreros puedan tener sus cabras y unas zonas de paso y de pasto".

Fariña reconoce que en la actualidad "la situación es tercermundista, ya que los cabreros están marginados, escondidos de la sociedad en barrancos y terrenos baldíos". Para este colectivo, esta "precaria situación" contribuye a generar problemas como el robo de cabras y baifos, o los conflictos con vecinos afectados por la presencia de cabreros en los barrancos.

"Hablamos de personas que viven al día, que no tienen garantizado un sueldo, y que están condenados, en la situación actual, a una economía precaria", sentencia Fariña.

"Los quesos sí son reconocidos"

La Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras en el Mar, que cada día de San Juan ayuda a organizar el ancestral rito del baño del ganado caprino en el muelle del Puerto de la Cruz, lamenta que en la actualidad "los quesos elaborados con leche de cabra en Canarias sí estén reconocidos como un valor importante, pero no los cabreros que los hacen posibles". Para este colectivo, si no se protege a los cabreros ni la ganadería tradicional, también se pondrá en riesgo un referente en la gastronomía isleña como los quesos. Además, recalcan que los últimos cabreros tradicionales necesitan apoyo institucional y una normativa que proteja su actividad.