El pasado domingo, a pocos minutos de que diera comienzo una de las presentaciones en el Delfinario de Loro Parque, tres activistas radicales, dos de nacionalidad belga y uno holandesa, "saltaron al agua de forma irresponsable y sin tener en cuenta las terribles consecuencias que se pueden derivar de una acción de esta naturaleza, tanto para los animales y sus cuidadores, como para sí mismos".

Así lo asegura la empresa, para la que, "afortunadamente, gracias a la gran relación de amistad y confianza y al estrecho vínculo entre animales y cuidadores, se pudo evitar que estos se asusten y, como consecuencia, se evitó un desenlace mucho peor".