El mar dio en la tarde del jueves el primer gran susto en las obras para estabilizar el tramo desalojado en la calle Tegueste, en el barrio portuense de Punta Brava. Las olas alcanzaron la excavadora que trabaja desde julio en la parte inferior del acantilado, por lo que se vivieron momentos de riesgo e incertidumbre que, con la llegada de las mareas invernales, impedirán el trabajo en la zona más expuesta.

Este primer susto llega cuando el trabajo de hormigonado a destajo ha logrado que las grietas en la calle se estabilicen completamente desde hace casi cuatro días. Los operarios continúan con su labor a contrarreloj para dejar la zona en las mejores condiciones para afrontar los temporales de los próximos meses.

El edil de Urbanismo del Consistorio portuense, Juan Carlos Marrero (CC), explica que "después del mal momento y del susto vivido con el mar, que alcanzó a la pala que trabaja para trasladar el hormigón hasta las cuevas, nos quedamos con lo más importante: el trabajo realizado ha conseguido que las grietas experimenten un crecimiento cero. Es decir, que por ahora se ha conseguido, con esfuerzo y trabajo sin descanso, dar estabilidad a la calle, lo que nos anima a seguir avanzando en esta línea".

"Tras sacar la pala y parar durante esa tarde, ayer sí se pudo volver a bajar la máquina y seguir con las tareas para avanzar todo lo que sea posible antes de que las mareas nos impidan seguir trabajando tan cerca del mar", explicó Juan Carlos Marrero.

Nueve viviendas y 19 vecinos de la calle Tegueste fueron desalojados el pasado 14 de septiembre por la aparición de varias grietas en la calle, que crecían día a día. Tras el desalojo y el inicio de los trabajos para inyectar hormigón, el ritmo de crecimiento de las grietas se ralentizó hasta que, esta semana, se ha parado por completo. Las obras se centran ahora en asegurar la zona con estructuras hormigonadas y rocas.