La calle Tegueste, en el barrio portuense de Punta Brava, resiste. Tras el derrumbe parcial de mayo de 2015, la aparición de numerosas grietas el pasado mes de septiembre hizo saltar todas las luces de alarma y obligó al Ayuntamiento del Puerto de la Cruz a decretar el desalojo de 9 viviendas y 19 vecinos el 14 de septiembre, debido al riesgo inminente de que un tramo de casi 70 metros de la vía pudiera venirse abajo y, con ella, algunas viviendas. Un mes y una semana después, el trabajo incesante y arriesgado al pie del acantilado sobre el que discurre la calle ha permitido estabilizar todas las grietas (que están paradas desde hace ya 18 días) y hormigonar y recalzar prácticamente la totalidad de las cuatro cuevas existentes. Si nada se tuerce de forma inesperada, los vecinos podrán volver a sus viviendas en el plazo previsto (en torno al 14 de noviembre) o incluso antes.

El edil de Urbanismo del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Juan Carlos Marrero (CC), visita, prácticamente a diario, los trabajos que se ejecutan en la calle Tegueste y hace días que no puede disimular su satisfacción por la evolución positiva de unos trabajos ejecutados en unas condiciones "muy complicadas".

"En estos momentos ya están hormigonadas y recalzadas tres de las cuatro cuevas situadas bajo la calle Tegueste. La cuarta está hormigonada al 70 por ciento y esperamos que hoy pueda concluirse completamente", explica Marrero.

Una vez hormigonadas y recalzadas todas las cuevas, la excavadora protegerá las dos restantes con un manto de escollera de piedra natural. Con esa actuación concluirá el trabajo de una excavadora que lleva semanas expuesta al continuo embate de las olas.

Los trabajadores han tenido que continuar con su trabajo con ropa impermeable y sometidos, de forma constante, a la llegada de la maresía y de algunas olas que han llegado a cubrir completamente la excavadora.

Ese trabajo contrarreloj que se ha realizado en las últimas semanas obligará revisar el coste final de la obra que, según confirma Juan Carlos Marrero, "costará finalmente más de los 500.000 euros que habíamos previsto". Sin embargo, ese encarecimiento, aún por determinar, no será un obstáculo insalvable, "puesto que el área de Urbanismo cuenta con fondos suficientes para afrontar ese imprevisto económico", confirma Marrero.

Una vez concluido el trabajo en la zona más cercana al mar, la empresa encargada de esta obra empezará a trabajar en la superficie, donde se realizarán catas para inyectar más hormigón en las zonas agrietadas y tratar de afianzar desde arriba la calle. Posteriormente, los operarios tendrán que descolgarse en el acantilado para bulonar las tres zonas que quedan pendientes.

El bulonado consiste en introducir hierros de gran tamaño, desde el mar hacia las casas, para reforzar y estabilizar el subsuelo también con ayuda de hormigón.

"Las perspectivas son ahora muy buenas. Podemos decir que el riesgo de derrumbe que existía el 14 de septiembre ha desaparecido casi en su totalidad. Ahora mismo es muy difícil que la calle se pueda caer", celebra Marrero.

"Cada día estamos más cerca de poder reabrir la calle Tegueste", anuncia el concejal nacionalista.

Los avances son muy importantes y, aunque es difícil concretar, el concejal considera que la calle "está estabilizada en un 80 o 90% en la actualidad". Los trabajos de los próximos días serán claves para el futuro de los vecinos desalojados.