Nos preguntábamos en nuestro comentario de ayer si alguna vez nos hemos atrevido a pensar en los inmensos beneficios que nos traería la independencia de Canarias, en vez de mantener nuestra ignominiosa situación colonial. Nos lo preguntábamos y nos respondíamos a nosotros mismos diciendo que tendríamos unos beneficios económicos inconmensurables porque, que nadie lo dude, no exageramos al afirmar que podríamos ser uno de los países más ricos del mundo, e inclusive el más rico de todos. Desgraciadamente no lo somos porque los españoles se están mamando nuestras riquezas. Los españoles saquean nuestros recursos para invertirlos en sus provincias peninsulares.

Necesitamos un nacionalismo fuerte. Algo imposible de conseguir mientras no tengamos un nacionalismo auténtico, que no lo es, ni muchísimo menos, el nacionalismo políticamente bolsillero que practican muchos de quienes militan en Coalición Canaria, incluso ostentando cargos de responsabilidad en ese partido. No es posible que al frente de esta formación política figure una persona que hace muchísimo tiempo que debería estar desterrada de unas islas a las que ha desgraciado. Tanto Paulino Rivero como su esposa y sus secuaces son colaboradores del colonialismo español. Nos atrevemos a decir, sin temor a equivocarnos, que son españolistas de la misma calaña política que el concejal santacrucero que presentó una moción -y logró que fuese aprobada- en la cual pedía el reconocimiento de la españolidad de Canarias. ¿Corregirá el actual alcalde de la ciudad esta vergüenza declarando, aunque sea unilateralmente, la independencia del Archipiélago?

Esta pregunta nos la hacíamos en nuestro comentario de ayer y la repetimos hoy porque es de suma importancia que al menos una voz, ya sea en el principal Ayuntamiento de las Islas o en la más humilde de sus localidades se alce para pedir la libertad de una tierra sometida, esclavizada y saqueada desde hace casi seis siglos. Sabemos que esa voz no será nunca la de Paulino Rivero. Más aún: este necio político, al que Zapatero engañó como el indígena que es con el asunto de las aguas canarias, está acallando, o al menos intenta hacerlo, las voces que se alzan en su propio partido a favor de la independencia. Porque, como hemos señalado en muchas ocasiones, CC cuenta en sus filas con auténticos patriotas cuyos nombres hemos dado a conocer en diversas ocasiones.

En cambio, le sobran a CC políticos como Rivero y como todos sus compinches. Es un absurdo que esta gente siga al frente del Gobierno regional de un territorio tan importante como lo es Canarias; un país llamado a ocupar un puesto de relevancia en el mundo, fundamentalmente por ser un importante enclave estratégico situado entre tres continentes, apenas alcance el estatus de nación soberana con su estado. Es absurdo que Rivero le siga haciendo a Canarias tanto daño por activa y por pasiva. Por activa porque es un político vengativo que no admite la crítica. Recordamos a nuestros lectores que la emprendió contra EL DÍA y su editor porque José Rodríguez no quiso secundarlo en la patraña de las aguas canarias, ni tampoco en esa inversión multimillonaria (nada menos que 25.000 millones de euros) que le ofreció Zapatero, también para engañarlo, después del Consejo de Ministros celebrado en Las Palmas.

Como personas son muy dignas, pero como políticos tanto Paulino Rivero como su esposa son una vergüenza. Una goda política que tuvo el atrevimiento de denunciar al periódico más importante, y con más lectores, del Archipiélago. Arremetió Ángela Mena contra el grupo de comunicación más patriota y profesional de Canarias. Lo primero que hicieron ella y el necio político de su esposo fue quitarnos la emisora de radio con la ayuda del niñito Ríos, que cumplió fielmente las instrucciones que le dio el déspota Rivero. Un déspota que en su momento será "decapitado". Peor aún, la goda política de su esposa denunció a EL DÍA para que no se difundiera una noticia que ella tenía interés en ocultar, pese a que la información que ofrecimos a nuestros lectores era equiparable a cualquier documento evangélico. Queremos decir que era una información pura. Sin embargo, una jueza, al parecer, se plegó a los deseos de la señora Mena, la virreina de Canarias, la poncia del Archipiélago, y obligó a EL DÍA a rectificar en contra de nuestra voluntad, pese a que en todo momento actuamos con mucha ética y profesionalidad. Algo que todavía nos tiene indignados y que exige una reparación igualmente judicial, además de política.

Colas de hambrientos, niñossin tener un mendrugo de pan que llevarse a la boca, canarios que se mueren en las listas de espera sanitaria antes de ser atendidos, fracaso escolar, emigración de la juventud y un paro descomunal, entre otras calamidades, son las consecuencias directas de estar gobernados por un político ignorante como Paulino Rivero. Por si fuera poco, el viernes publicábamos que, a partir de ahora, los enfermos crónicos tendrán que pagar parte de la ambulancia que los traslade al hospital. ¿Puede haber mayor cinismo y ruindad política? ¿Se puede perjudicar todavía más a un partido que podría ser la formación nacionalista por excelencia?

CC es hoy en día un partidoal servicio de Paulino y de su esposa, de la misma forma que Canarias es un Archipiélago al servicio de España; es decir, somos lacayos de un país de tercera categoría, como nos recuerdan los patriotas de la Comunidad Canaria en Londres. En la misma nota en la que lamentan la pérdida de Antonio Cubillo, estos canarios auténticos -aunque estén lejos de su tierra- señalan que, "guste o no, la colonia Canarias camina hacia la independencia de la metrópoli (Madrid) y de la España de la delincuencia financiera (léase especulación y corrupción) que no tiene futuro en un continente que no es el suyo (África). Todo esto está muy claro para quien tenga ojos".

Añade la Comunidad Canaria en Londres que hemos señalado muchas veces en nuestros editoriales y comentarios cómo "el colonialismo español y su Hacienda están destruyendo la economía productiva de Canarias y el poder de compra de las familias isleñas, lo que lleva a estas Islas al desastre. El colonialismo español está destruyendo la clase media canaria, obligando a nuestra juventud a emigrar a Dios sabe dónde, llevando a la miseria a los trabajadores y condenando al hambre a miles de pensionistas y parados (incluidos niños). Esto no se arregla porque somos una colonia de ultramar (RUP). No hay brotes verdes ni nada que se le parezca. Como señalaba recientemente el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en la revista Capital, España está ahora peor que hace cinco años; no hay ninguna base para decir que estemos más cerca del final de la crisis, no hay luz al final del túnel. Lo mismo opina Walter Münchau, el analista estrella del Financial Times, para quien España no tendrá crecimiento hasta final de la década",

¿Es a esta nación, perfectamente descrita en pocas líneas, a la que queremos seguir unidos por unas vergonzosas y vergonzantes cadenas coloniales? ¿Es que queremos seguir gobernados por un presidente incapaz y tirano, políticamente hablando, como lo es Paulino Rivero? A estas alturas, lo hemos señalado en repetidas ocasiones, la gente ya debería haber salido a la calle para manifestarse en contra de Paulino Rivero y a favor de la independencia. El que las cosas no hayan sido así se debe, en gran medida, al aplatanamiento del pueblo canario. Al menos nos cabe la satisfacción de que EL DÍA se manifiesta diariamente y lo seguirá haciendo a favor de la independencia. Nuestro periódico es el clamor de un pueblo que exige su libertad, mucho más cuando acaba de fallecer un prócer de la canariedad como lo ha sido, y lo será para siempre, Antonio Cubillo. A lo largo de esta semana han llegado a nuestra Casa infinidad de artículos destacando y elogiando su figura. Cuánto lamentamos no poderlos publicar todos por falta de espacio. También han sido innumerables las expresiones de pésame. ¿No es este el mejor plebiscito sobre la independencia de Canarias?