1.- El papelón que está haciendo la Audiencia de Cuentas, dejando filtrar (presuntamente, alguien de dentro lo ha hecho) al Tribulete togado de Las Palmas un documento de trabajo que sólo estaba en poder de los cinco consejeros, referido a la Televisión Autonómica, desvirtúa todo el procedimiento. Para entendernos. Lo que se filtró no fue el borrador de la auditoría comunicada a la TVAC, cuyas alegaciones están en marcha, sino un documento que sólo manejaban los consejeros/auditores y que es diferente al propio borrador. Esto es muy grave. Todavía más grave que filtrar el borrador, porque teóricamente los papeles enviados en primicia a un digital de Las Palmas de conocida profesión socialista (así le va al pobre) no tenían por qué conocerlos sino los cinco consejeros de la Audiencia: Rafael Díaz Martínez, José Carlos Naranjo Sintes, Juan Carlos Alemán, Esther González y Ana María Hernández. ¿Se está sometiendo la gestión económica de la TVAC a un juicio paralelo intencionado, con fines políticos, confundiendo además a los medios informativos imparciales? Es preciso que la Audiencia de Cuentas, como ha pedido alguno de sus miembros, se investigue a sí misma.

2.- Este tejemaneje lo descubrió eldiariodetenerife.com analizando lo publicado por el Tribulete togado y, más tarde, por casi todos los medios de Canarias y comparándolo con el documento que llegó a la Televisión Autonómica. Por el que también se ha interesado el PP ya que Joaquín Ucelay, representante del PP en el consejo de administración, lo ha pedido para su análisis. No quiero enredar más el asunto, sólo decirles que sería bueno que se descubriera al autor de las filtraciones. No podemos estar toda la vida esperando a que nos lleguen documentos sometidos a secreto (los otros, por supuesto) para crucificar a quien no ha sido declarado responsable de nada. Y que, probablemente, en este caso, saldrá airoso del lance. Informativamente hablando, todo esto es muy goloso. Yo mismo he intervenido inconscientemente en algunas ocasiones -y me arrepiento de ello- en descuartizamientos morales de personas de la política que luego resultaron inocentes. Son manchas que uno tiene en su carrera profesional. He sabido pedir perdón. Y, si no, lo pido ahora.

3.- Sería bueno que todo este embrollo se aclarara. Porque deja en indefensión a personas. Les quita la fama. Las somete a juicios paralelos que merman su credibilidad. Y, sobre todo, es un delito filtrar documentos que son -que deberían ser- secretos. Porque se trata de una falta de respeto al sistema democrático y a la fama y al honor de personas que no han podido defenderse.

achaves@radioranilla.com