Tenemos una duda respecto al Carnaval de Santa Cruz y no sabemos cómo salir de ella. En el número de este periódico correspondiente al lunes pasado, el diario publica que se ha celebrado el concurso para elegir a la Reina del Carnaval infantil, certamen que ganó María Santana Rodríguez con la fantasía titulada "La Reina de Inglaterra y yo, no, mi niño", que es un título bastante complejo, pero el cambio y el progreso son así. La jovencísima reina fue elegida en la noche del domingo pasado. En cuanto a otros números del programa, solo sé que la joven María se presentó con otras veinticuatro aspirantes en una gala que, dice el periódico, decepcionó, duró tres y media y "empachó" al público con tanto Bollywood sin gancho artístico. En resumen, que en lo festivo y en lo que antes fue artístico y bueno también vamos para atrás, como los cangrejos. Incluso el periódico transcribió una frase gamberra de la ya reina infantil: "Semos de Los rapaseros", que es el nombre de una murga adulta.

En cuanto a los demás actos del programa, no se informa de ellos, ignoro la causa, pero desde luego se están celebrando algunos porque la prensa está, incluso, más llena de la cuenta de gráficas y de fotos que no se inventan. O sea, que hay actos, pero no se informa en los medios de difusión. A ver si en los Carnavales del año que viene, volvemos a imitar los antiguos, que eran Carnavales de verdad, y no desastre tras desastre, como las actuales fiestas que, por lo visto, han sido programadas y realizadas o por unos enemigos de la fiesta y de la ciudad o por un montón de ignorantes con mayor dosis de mala intención y afán de fracasar que de buenas intenciones, buen gusto y ganas de agradar un poco a unos santacruceros que están pasando por unos recortes presupuestarios que los hacen ir a comedores solidarios, con un paro galopante y una serie interminable de calamidades promovidas por los mismos que nos gobiernan. Ya aquellos Carnavales de los que decían malos tiempos de la postguerra que nos animaban y nos contagiaban ganas de vivir como antes de la guerra, esos no es que hayan desaparecido del todo, pero sí están rozando los mínimos.