Las escuelas rurales pueden evocar lugares románticos en los que los niños aprenden rodeados de naturaleza y sin oír pitidos de coches, pero la realidad es que la baja natalidad y la crisis económica las está salpicando hasta provocar el cierre de muchas de ellas, lo que podría significar el fin de esos pueblos. Por poner un ejemplo, solo en Canarias desde el curso pasado se han cerrado un total de ocho escuelas rurales, teniendo en cuenta que se han fusionado otras dos por falta de alumnos.

Junto con Canarias, cinco comunidades autónomas (Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Cataluña y Galicia) han cerrado en los dos últimos cursos alguna de sus escuelas rurales por falta de alumnos o al integrarlas en centros situados a pocos kilómetros, según reconocieron sus respectivas consejerías educativas.

Pero "cerrar una escuela es cerrar un pueblo", sostiene con firmeza Juan Manuel Polentinos, gerente de la ONG Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder).

Esta ONG recibe cada vez "más quejas" por la reducción de escuelas, de profesores y por el aumento de las distancias que cubren los niños cuando tienen que alejarse de su pueblo.

"Somos partidarios de que no haya ningún pueblo sin escuela y de que no se aproveche el resquicio de la crisis para repercutir en la igualdad de oportunidades del medio rural", según Polentinos, que recordó a continuación que continúan "gestionando gran parte del patrimonio natural".

El Informe 2012 sobre el Estado del Sistema Educativo (Curso 2010-11) del Consejo Escolar dice que en España hay 467 centros rurales en 2.036 localidades y con 54.255 alumnos, aunque solo registra los de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura, Galicia, Asturias, La Rioja, Madrid, Cantabria y Navarra.

Estos datos han variado para este curso, de acuerdo con la información facilitada a por fuentes de las distintas consejerías.

Así, 60 escuelas rurales se han cerrado en Castilla-La Mancha por no tener el mínimo de once alumnos exigido por su consejería y ello ha provocado las protestas de los afectados como en Cañada del Hoyo (Cuenca), donde los padres se negaron a llevar a sus hijos a otro colegio a 18 kilómetros hasta dos meses después de iniciarse las clases.

En Aragón, cinco escuelas rurales han desaparecido por tener menos de tres alumnos cada una.

Cataluña ha cerrado cuatro escuelas rurales por falta de alumnos o por integrarse en otros centros escolares situados a diez kilómetros.

En Asturias está establecida la clausura de las escuelas rurales unitarias con menos de cuatro alumnos y por ello han dejado de funcionar tres de ellas.

El pasado verano, en Galicia se suprimieron 12 centros unitarios.

En Canarias, el pasado curso se cerraron tres escuelas rurales y cinco en el actual, y se han fusionado dos por falta de alumnos.

Desde las demás autonomías se ha negado cualquier cierre reciente de escuelas rurales, que en el País Vasco, por ejemplo, se denominan "Txikiak" o "pequeñas".