Canarias necesita con urgencia desembarazarse del limbo ilegal colonialista que nos hunde y alcanzar la legalidad de la independencia ante el mundo entero, y, sobre todo, para hacerle saber de una vez para siempre al voraz y asesino expansionismo marroquí -ahora fraudulentamente disfrazado de pomposo "proyecto del Gran Magreb"- que este Archipiélago ya tiene dueño legítimo (su pueblo) y, por tanto, queremos con debida compensación de vuelta nuestro espacio aéreo y zona marítima económica, que, aprovechando nuestra indefensa condición colonial y compinchándose traicioneramente con Madrid para sabotear nuestra libertad e independencia, ocupa en gran perjuicio de nuestras islas.

En ningún caso, pase lo que pase, los canarios permitiríamos la esclavizante y repelente marroquización y arabización de nuestro territorio. ¡ueste lo que cueste!, ¡no pasarán!

En este siglo en que vivimos, se está evolucionando y produciendo cambios y mutaciones sociales, políticas, económicas y demográficas de profunda transcendencia a gran velocidad en todo el mundo, y sobre todo en el continente al que, por geografía y cercanía pertenecemos, y en particular dentro del área alrededor de nuestro Archipiélago; a lo que los canarios, por muy pasivos-zombies de la política, por mucho que nos pueda pesar, no somos ajenos ni mucho menos inmunes.

El "statu quo" colonialista al que, letárgicamente y con suicida modorra e indolencia política no participativa, una significante parte de nuestra población, de una manera premeditadamente ignorante, irresponsable y consecuentemente cretina, se agarra es, simplemente, imposible y en ninguna circunstancia sería una opción viable, la que inexorablemente nos llevará a nuestra propia destrucción como comunidad y como pueblo, lo que, por seis largos y dolorosos siglos, ha sido siempre el vil objetivo final del colonialismo que nos oprime y tiraniza.

Nuestro Archipiélago está en una situación geográfica de las mejores del mundo, teniendo la suerte y gran ventaja de unas Islas esparcidas en el Atlántico abarcando un enorme espacio entre todas, con la posibilidad de convertirnos en una potencia marítima de primer orden.

Una anarias soberana e independiente posee el potencial para en corto tiempo convertirnos en uno de los Estados más prósperos y ricos del mundo. omo cualquier economista o político de mediana capacidad podría corroborar; exceptuando, claro, a los corruptos oportunistas y mamarrachos de la política que nos están representando, que son un encarte y un obstáculo que hay que purgar y desembarazarnos.

La población de las Islas necesita un moderno, eficiente y adecuado sistema de educación a todos los niveles de acuerdo a las aspiraciones y necesidades de nuestras gentes; y no la birria retrógrada y embrutecedora que tenemos ahora. Y también la libertad y capacidad de un nuevo Estado que ponga en producción nuestra pesca, agricultura, ganadería, industria, comercio y demás medios.

Ahora estamos cautivos y paralizados por decreto del colonialismo de Madrid, que para mantenernos sumisos y dependientes adrede y con alevosía nos hunde en la más miserable ruina y pobreza.

Los canarios merecemos otra cosa: ¡la independencia!