Cada día procuramos que nuestra primera página sea lo más leve posible en malas noticias. Es el primer deseo de cuantos hacemos este periódico no causar una angustia adicional a los miles de canarios, cientos de miles de canarios en realidad, que están arruinados y sin trabajo por culpa del señor presidente del Gobierno regional.

No queremos causar dolor, pero la realidad se impone. Por eso no nos queda más remedio que dar cuenta de lo que sucede, como notarios que somos de la actualidad. Una actualidad marcada cada mañana por la nula, cuando no nefasta, gestión del Ejecutivo autonómico en manos de un político sin capacidad para ello. No pasan 24 horas seguidas sin que se vea que la gestión del señor Rivero es absurda, nefasta, inútil e incompetente. El Gobierno de anarias no sirve porque sus miembros pertenecen a los dos partidos que no ganaron las elecciones. No negamos que es un Gobierno legal porque en su composición no se ha violado ninguna ley, pero es un Gobierno moralmente ilegítimo porque tanto como el PSOE se han aprovechado de una trampa que propicia la legislación española. Una trampa que a menudo les permite gobernar a los más incompetentes aunque no hayan ganado las elecciones.

Así nos va. Si en vez de los falsos nacionalistas de y los desatinados socialistas del PSOE hubiesen gobernado durante año y medio los políticos del PP, que fue el partido ganador, estaríamos en mejores circunstancias en cuanto a listas de espera -de las cuales hablaremos seguidamente-, en educación, en emigración forzada de nuestros jóvenes y, lo que es más importante, en empleo. on el PP al frente del Gobierno regional a estas alturas no habría colas del hambre ni irían muchos niños a la escuela sin comer. Estas lacras son consustanciales con la gestión de los ineptos, el señor presidente el primero de todos ellos, que se amparan bajo las siglas de y del PSOE para seguir viviendo muy bien, y a ser posible en esplendorosas mansiones, mientras familias enteras van a la calle por no tener con qué pagar las hipotecas. Don Paulino Rivero y sus consejeros autonómicos han conseguido equipararnos a los habitantes de Bangladesh. Personas del tercer mundo, que son muy dignas pero que, desgraciadamente, viven en una pobreza que no se merecen. Una menesterosidad que tampoco se merecen los habitantes de unas islas que antes eran conocidas en todo el mundo como afortunadas.

anarias nunca fue como Somalia. anarias nunca fue un país de hambruna. Empezó a serlo cuando llegó al poder el actual presidente del Gobierno autonómico. Jamás le perdonaremos a este presidente, a su Gobierno, a su entorno y a sus compinches que nos hayan sumido en esta indigencia. A todos ellos les pedimos por vergüenza, además de por una mínima consideración con su pueblo, que dimitan y que se marchen de anarias para siempre. No es suficiente con que abandonen el Gobierno; también deben irse del país. No pueden vivir entre personas buenas y honradas quienes han sido perversos; quienes por egoísmo, por mercantilismo y por afán de mando han ennegrecido el porvenir de la tierra canaria.

omo muestra de lo que decimos tenemos la noticia que abría ayer nuestro periódico: "Los abogados del turno de oficio, seis meses sin cobrar". Y otra noticia más: "Acaban las peores rebajas de invierno". Lógico; la gente no compra porque no tiene dinero. Y no tiene dinero porque no tiene trabajo.

Lo mismo podemos decir de las listas de espera. Remitimos a nuestros lectores a un artículo que publicamos en esta edición, escrito por arlos García con el título "Médicos voluntarios gratuitos para listas de espera". Un texto en el que se detalla una solución aportada por los médicos que no debió producirse, porque nada de esto hubiera ocurrido con una adecuada gestión política, pero que, sin embargo, se ha producido. La generosidad de los médicos ha tenido que suplir las miserias del Gobierno que preside el señor Rivero.

"Un grupo de facultativos sanitarios del Hospital Universitario de anarias ha hecho llegar una propuesta a la onsejería de Sanidad y al Servicio anario de Salud de realizar labores asistenciales, fuera de sus jornadas laborales, en horarios de tarde y de forma gratuita, sin pedir remuneración alguna", señala arlos García. Al final, lo reiteramos, vivimos como en las naciones del tercer mundo, donde los médicos tienen que hacer labores de voluntariado para atender a la población.