"No hay toxicidad". La consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Mercedes Roldós, se mostró ayer convencida ante las preguntas de periodistas en Arico, durante la inauguración de un centro de salud, de que los olores detectados en el Hospital General de La Palma, por los que se llegaron a cerrar consultas de Rehabilitación o Rayos, tal y como informó ayer EL DÍA, "no se corresponden con un escape tóxico".

Según Roldós, "el gerente del hospital, Zacarías Gómez, alertado porque pacientes y trabajadores habían detectado un olor extraño, llamó a la empresa que gestiona la prevención de riesgos laborales en el centro hospitalario de La Palma y la entidad ha certificado, con los representantes sindicales delante, que no hay ningún peligro para los usuarios ni para las personas que trabajan allí".

Al respecto, la consejera confirmó que se han adoptado una serie de medidas correctoras para evitar daños menores: "Se ha sustituido una campana antigua del Laboratorio de Anatomía Patológica (en donde se trabaja con productos químicos volátiles y con alto contenido tóxico, como el formol y el xilol), pero, no obstante, no existe un escape tóxico", como apuntaron fuentes sindicales del hospital. Para confirmarlo, la responsable de Sanidad insistió en que "ésa es la realidad y eso está certificado por esa empresa que ha hecho las mediciones oportunas, tanto de olor como de toxicidad y ha conformado que no la hay".

A revista.- Horas antes de que la titular de la Consejería aclarase la situación, en el Hospital General de La Palma, ante las preguntas de los diferentes departamentos sanitarios y el malestar que había ocasionado la situación, la Gerencia se vio obligada a aclarar, ante los trabajadores y ante los pacientes, que todo estaba bajo control en el centro. Al respecto, se señaló que "solamente se trata de un desagradable problema de malos olores que no supone riesgo alguno para trabajadores ni pacientes. Además, se han adoptado toda las medidas necesarias que se corresponden con este tipo de protocolos".

Así, concretaron, "cuando se detectaron los olores, por primera vez (hace varias semanas), se abrieron todas las ventanas, se cortó el circuito de aire acondicionado y se suspendieron las consultas esa tarde para evitar riesgos. Tras realizar concienzudamente las revisiones necesarias y comprobar que no había problemas, se retomaron los servicios".

Las inspecciones se realizaron bajo la coordinación de la Comisión de Control y Seguridad del Hospital General, desde la que se informó convenientemente a la junta de personal y a los sindicatos. En la misma se concluyó, según confirmaron desde la Gerencia, "que no existía ningún tipo de toxicidad, una vez analizadas las muestras de aire que se tomaron previamente".

Mejoras y arreglos.- Como los olores persistieron con posterioridad, para curarse en salud, se establecieron una serie de medidas correctoras, como la de la colocación de una nueva campana de extracción de gases en el Laboratorio de Anatomía Patológica (en la foto), con el objetivo de evitar riesgos laborales a las dos personas que trabajan en el mismo.

Mientras se sigue investigando la procedencia de las molestas emanaciones, las fuentes consultadas han confirmado que "desde el servicio de mantenimiento del centro sanitarios se ha procedido a revisar el sistema de cañerías para anular posibles escapes de gases". Este sistema de desagües está conectado con una depuradora perteneciente al hospital, que es el único de centro sanitario de Canarias con estación propia.