El Cabildo palmero está utilizando desde hace dos años tortugas bobas (Caretta caretta) traídas desde el Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de Tafira, en Gran Canaria, para simular la liberación de ejemplares en actos mediáticos en los que participan niños, como si las tortugas provinieran o hubieran sido recuperadas en su centro homólogo de La Palma, sin que éstas hayan pasado nunca por el mismo. Así se afirma en un informe emitido el pasado martes 23 de febrero por un biólogo del servicio de Medio Ambiente de la propia Administración insular.

Ayer se llevó a cabo el último de estos episodios. En la playa de Puerto de Naos se hizo pública una suelta de "tortugas recuperadas en el centro de recuperación de Fauna del Cabildo de La Palma", según se afirmó en la convocatoria previa, pero tal y como ha confirmado EL DÍA, las tortugas entraron en la aduana del aeropuerto de La Palma a primera hora de la mañana, procedente de Las Palmas de Gran Canaria, un hecho constatado por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y por los colectivos ecologistas de la Isla.

En el acto participaron el consejero insular de Medio Ambiente, Julio Cabrera, y el director del Centro de Recuperación de Fauna de Tafira, Pascual Calabuig Miranda, junto con 160 niños.

Educación ambiental.- Desde el Cabildo se justificó la actuación en la tarde de ayer con un comunicado, diciendo que las tortugas "fueron encontradas en las costas del archipiélago (no fue en La Palma), y tras su recogida se trasladaron al centro de Gran Canaria, donde han permanecido durante estos últimos meses tratándose de sus heridas". Al respecto, afirman en la nota, "el lugar elegido para su puesta en libertad cuenta con la presencia de cuevas marinas, tanto sumergidas como semisumergidas, y alberga una elevada riqueza biológica y ecológica".

La Administración insular embarca la actuación, "dentro de las actividades a realizar por la Consejería de Medio Ambiente y su Plan Insular de Educación Ambiental, con escolares de Educación Primaria" de varios centros educativos.

Desde marzo de 2008.- Estos actos educativos se realizan desde hace varios años con la suelta de multitud de ejemplares de tortugas bobas en la costa palmera y siempre se ha dicho públicamente que procedían del centro de recuperación de La Palma. Pero, según describe el informe técnico que cuestiona estas acciones, "desde marzo de 2008, en un evento celebrado en el Faro de fuencaliente y en una posterior acción situada en julio del mismo año en la costa de Tazacorte, se detectó que las tortugas provenientes del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de Tafira no tenían origen en La Palma, no se correspondían con las que se habían enviado previamente para ser curadas de heridas más graves de las que se pueden tratar en el de esta Isla".

A partir de ese momento se presentaron quejas formales ante la Consejería de Medio Ambiente sin que surtiese el efecto deseado: la devolución de las tortugas a Gran Canaria. Lejos de corregir la actuación, la suelta de tortugas ha seguido realizándose con ejemplares procedentes de otra Isla y que nunca han sido recuperados en La Palma.

Falta una autorización.- Entre las conclusiones recogidas por el experto biólogo en su informe se dice que "no parece adecuado llevar a cabo la liberación de ejemplares de esta especie en La Palma provenientes de otras islas debido a los problemas que ello podría acarrear para su conservación". Además, afirma, "se debería contar con el visto bueno y la autorización del Gobierno de Canarias, por tratarse de una especie amenazada y considerada como en peligro de extinción".

Por eso, concreta, "se recomienda seguir con las actividades de educación ambiental pero utilizando, únicamente, aquellos ejemplares que hayan sido recuperados en La Palma".