El polideportivo de Santa Cruz de La Palma, también denominado centro multiusos y que se prevé inaugurar antes del verano, ha sufrido durante los últimos años numerosos actos vandálicos con la rotura de cristales y daños en la carpintería de aluminio de las puertas de acceso, desperfectos que han sido valorados en unos 25.000 euros.

Los destrozos están perfectamente detallados y cuantificados en el acta de entrega de la obra que la empresa Fomento, que se encargó de gran parte de la construcción del inmueble, hizo a OHL, entidad adjudicataria de la última fase del edificio. En este documento se pormenorizan todos los desperfectos que presenta el polideportivo, entre los que destacan aquellos producidos de forma intencionada.

Uno de los aspectos que han colaborado en gran manera para que se hayan producido los actos vandálicos es la tardanza en la ejecución de la obra, con años de inactividad en la construcción de un edificio "abierto" a las gamberradas, lo que tampoco sirve, ni mucho menos, para justificar los hechos que se han registrado, con lanzamiento de piedras a numerosas ventanas, algunas incluso de doble acristalamiento, y daños en puertas de aluminio para tratar de acceder sin permiso al interior del polideportivo municipal, que se inició hace ya más de una década.

El concejal de Infraestructuras, Antonio Acosta, reconoció a EL DÍA la existencia de los desperfectos, la mayoría en la parte posterior del edificio hacia la zona del Velachero, pero prefirió no hacer valoraciones sobre la cuantificación de los daños. Sí dejó claro que "el ayuntamiento no tendrá que pagar lo que está roto por los actos vandálicos que se han producido. Es un problema del control y vigilancia de la instalación, que está en manos de un concesionario determinado", aunque lamentó "todo lo que ha ocurrido".

Acosta informó de que "se ha entendido conveniente continuar con la obra y luego, al final, proceder a realizar los arreglos que sean oportunos tanto en ventanas como en puertas. Los trabajos van a buen ritmo y se disfrutará de la instalación en breve, sin desperfectos de ningún tipo", aunque se mostró consciente de que "el abandonado de los edificios provoca tanto que la edificación se vaya dañando como que se registren actos nada deseables e incomprensibles".