La Isla celebró ayer la festividad de su Patrón, San Miguel Arcángel, con actos que en realidad tienen nula o escasa trascendencia a nivel insular para acabar circunscribiéndose exclusivamente a Tazacorte, donde tienen lugar los festejos, y, este año, a Santa Cruz de La Palma, municipio que también disfrutó de día festivo.

A la santa misa en honor del Patrón ni tan siquiera acuden todos los alcaldes en representación de sus pueblos, como sería deseable y coherente en una fiesta insular, ni tampoco se desplazan devotos de la mayoría de municipios para homenajear a San Miguel. Es más, además del baile de los Caballos Fufos, que tuvo lugar la noche del miércoles, el momento más esperado es la ofrenda del presidente o presidenta del Cabildo Insular. La ofrenda, a la postre, es una oratoria convertida en súplica por el mejor futuro posible para los palmeros.

Guadalupe González aprovechó el mensaje de ayer para exponer al santo que "el estado del bienestar por el que lucharon nuestros padres y abuelos se ve amenazado por los recortes presupuestarios y la falta de empleo", rogando que "todos entendamos que esta victoria sobre la crisis no es una batalla que se ganará en solitario, es la lucha de todos unidos, de los gobernantes, de los empresarios, de los trabajadores, de todos. Nadie debe quedarse atrás esperando que la solución la aporte otro".

La presidenta, elegante en el vestir pero sin llegar a los tocados excesivos para una misa de algunas de las presentes, asumió ante el Patrón que "vendrán tiempos en los que tal vez nada vuelva a ser igual, en los que muchas realidades de hoy pasarán a formar parte del recuerdo, pero debemos mantener la confianza en nuestras posibilidades. Siguiendo tu ejemplo de lucha, con unidad, con fe y sin egoísmo, podemos vencer. Es más, estoy segura de que lo lograremos".

Guadalupe González aprovechó para pedir por los más necesitados, por los enfermos, especialmente por los niños... Su mensaje, tristón como los tiempos que tocan vivir, tuvo un guiño de complicidad con El Hierro, pidiendo al Patrón que proteja "a nuestros hermanos y hermanas" de aquella isla ante la preocupación por los movimientos telúricos que sufren.

Solo falta que San Miguel atienda sus plegarias...