Los recortes de las instituciones públicas y las dificultades para colaborar de las empresas privadas y particulares, con economías gravemente mermabas por la crisis, está dificultando el trabajo que realizan las asociaciones sociales que trabajan en la Isla para ofertar una mejor calidad de vida a diferentes colectivos.

Una de las entidades con las arcas más afectada por la incertidumbre económica es la Asociación de Discapacitados Físicos de La Palma (Adfilpa), que ni tan siquiera ha podido pagar desde el mes de diciembre los sueldos de sus tres trabajadores, en concreto la gerente, una trabajadora social y el arquitecto, que se encarga de asesorar a las instituciones públicas para que se cumpla con las medidas de accesibilidad en sus inmuebles.

El presidente de esta colectivo, Miguel Ángel Rodríguez, reconoció que "estamos a la espera de saber la ayuda que en 2012 nos llegará del Cabildo de La Palma. Desde que nos la ingresen, a través de la plataforma Indispal, se procederá al pago de lo adeudado a nuestros trabajadores, a los que quiero agradecer el esfuerzo que están haciendo por seguir trabajando sin cobrar durante tanto tiempo", informando de que en otros ejercicios "ya sabíamos a estas alturas lo que nos correspondía y podíamos hacer nuestras cuentas". Además, en años anteriores "lográbamos captar otras ayudas, lo que ahora es imposible, con las que pagábamos al personal hasta que nos llegada la subvención del Cabildo".

Miguel Ángel Rodríguez, que desde que se formó Adfilpa ha logrado concienciar a las instituciones de las necesidades de los discapacitados físicos, indicó que "las puertas de la asociación siguen abiertas, no las hemos tenido que cerrar, porque entendemos que es fundamental para seguir con nuestro trabajo, pero tampoco sabemos hasta dónde podremos aguantar".

La entidad que, al contrario, sí tuvo que cerrar su sede hasta obtener la ayuda de la institución insular, que pese a toda es la única que se mantiene firme en el apoyo a los diferentes colectivos sociales, fue la Asociación de Padres y Madres de Niñ@s y Jóvenes con Déficit de Atención e Hiperactividad (Besay) al no generar los suficientes ingresos y no contar con las ayudas necesarias para contratar durante los doce meses a la trabajadora social que se encarga de llevar, junto a la junta directiva, el trabajo de la sociedad.

Desde Besay, cuyo teléfono está desviado a la vivienda particular de su presidente, afirmaron que "cada día es más difícil poder trabajar. Las ayudas son cada vez menores y las que siguen estando, como las que concede el Cabildo, se retrasan. Pero hablamos de nuestros hijos, de todos los que están asociados, y por ello nadie se rinde".