El fuego está acorralado. Comenzó al mediodía del lunes y tras afectar a unas 900 hectáreas de monte bajo y pinar, tiene difícil escapatoria. Por el sur está controlado después de quemar todo lo que se encontró hasta acercarse a las vivien- das de Tacande e incluso de Tajuya, mientras que su frente más activo, al cierre de este edición, miraba hacia la Cumbre por Montaña Enríquez, donde todavía tenía fuerzas en busca de un reducto por el que escabullirse. No lo logrará.

Tras una madrugada de temores pero con resultados positivos, se reactivó el operativo duro contra incendios. Pasadas las diez de la mañana, la superficie afectada ya era de 881 hectáreas. El Cabildo se esfuerza para que no se diga superficie quemada, ya que una parte del perímetro casi nunca es arrasada.

El incendio se logra controlar cerca de las viviendas, aunque sorprende, a todos, un foco que se "da la vuelta" de manera inesperada y desciende la ladera en busca del núcleo poblacional ubicado por encima del callejón de la Gata. Actúan los bomberos, también los trabajadores de Medio Ambiente, incluso los vecinos. Logran controlarlo.

Los residentes que fueron un día antes evacuados, unos 150, van volviendo a sus viviendas. Por arriba, más cerca del monte, las llamas seguían resistiéndose. Eran las once de la mañana. Se incorporan dos helicópteros de la BRIF. Ya suman cuatro sobrevolando el fuego. Casi a la misma hora, se filtra a los medios que el siniestro había sido intencionado. Al menos, que la Guardia Civil abría una investigación para descubrir al posible infractor. A nadie le sorprende. La sensación desde el lunes es que aquello fue premeditado: un bote de gasolina y a correr. Por ese o por otro medio. El anuncio coincide con la apertura de algunas carreteras y con las declaraciones de la presidenta insular, Guadalupe González, que lanza un mensaje de tranquilidad: "Somos optimistas y la evolución es muy buena". Por aquel entonces ya era consciente de que por el Sur ya no había riesgo y que por el Norte los "buenos" acabarían ganando.

No hubo que esperar mucho más tiempo, menos de dos horas, para que los técnicos responsables en la materia comunicaran que el incendio estaba "estabilizado", es decir, acotado dentro de un perímetro. Es el paso previo a que se dé por controlado y, más tarde, se inicien labores de extinción. La mejoría de la situación permitió incluso que la brigada y el helicóptero del Cabildo de Gran Canaria, siempre acuden a la llamada de La Palma, se trasladen a Tenerife, donde lo estaban pasando peor.

Se hizo de noche. Desde el Cabildo palmero se anunció que no habría más información hasta el amanecer. A las 22:00 horas, las llamas se ven demasiado arriba. Son pocas o están muy lejanas. En la madrugada todo es posible, un rebrote, una piña que sale disparada y arde en medio de un barranco, un despiste... pero si la situación transcurre como estaba previsto, los técnicos dirán hoy que está bajo control.