El profesor Carlos Soler, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, alerta en manifestaciones a El Día de que el agua de tres de las cinco charcas de la Fuente Santa que fueron declaradas como termales tras ser sometidas a los análisis de rigor "se están enfriando", lo que supone una pérdida de dióxido de carbono, sales y, con ello, sus propiedades curativas.

Soler visitó la galería ubicada en la costa de Fuencaliente a finales de diciembre, acompañado por personal del Consejo Insular de Aguas del Cabildo de La Palma, que gestiona este recurso de incalculable valor, "y pude comprobar no solo que se había enfriado el ambiente dentro de la galería, como ya me temía, sino también el agua de las charcas". Afirma que "en dos de ellas el agua estaba templada, mientras que en las otras tres se encontraba fría".

El artífice del proyecto de la obra de ingeniería para desentullar la fuente, que fue sepultada por la erupción del volcán de San Antonio en 1677, declaró que "fui metiendo la mano en las charcas para ver la temperatura del agua y estaba fría. Cuando nosotros (Gobierno de Canarias) entregamos la Fuente Santa al Cabildo de La Palma para su gestión, tres de las charcas estaban entre 40 y 45 grados, mientras que ahora en los dos mejores casos ha bajado unos 10 grados". Lo dice "a ojo", por la temperatura que pudo captar a través de sus manos, "porque los termómetros instalados para controlar el agua de las charcas se encontraban sin regular. Me di cuenta porque uno de ellos marcaba 70 grados y, al preguntar, me confirmaron que estaban desregulados, lo que me pareció una auténtica barbaridad".

Al ser cuestionado por cómo reaccionaron los técnicos del Consejo Insular de Aguas -uno de ellos era la propia gerente de este organismo- al manifestarle su convencimiento sobre un peligroso descenso en la temperatura del agua, el profesor manifestó que "me dijeron que no estaba fría. Les miré y me volvieron a decir que estaba igual que al principio, cuando la descubrimos, pero no es verdad. Estoy convencido de que tres de las cinco charcas no serían ahora mismo declaradas como termales por el descenso de la temperatura de sus aguas. Y si no lo creen, si piensan que no es así y que estoy equivocado, lo que pueden hacer es un informe ajeno para que se confirme lo que ahora estoy diciendo".

Soler, que lleva bastante tiempo apartado de la Fuente Santa tras ser el principal responsable de las obras para recuperarla, desconoce "qué pudo ocurrir" para el enfriamiento de las aguas, aunque tiene dos teorías: "Allí realizaron un ensayo de bombeo y es posible que hayan sacado demasiada agua o, también puede ser la causa, han metido mucho aire frío a través de los sistemas de ventilación". Para solucionar el grave problema "lo primero es reconocer que efectivamente existe un problema como es evidente, en lugar de negarlo, y saber qué lo ha podido causar para luego buscar el remedio". Es importante "actuar con celeridad" porque de lo contrario "será mucho más complejo encontrar una solución".

La galería, aún sin explotar, pese a las cualidades que posee, dispone de unos sensores de última tecnología instalados para conocer tanto la temperatura como el volumen de llenado de las charcas, controlados por técnicos de la institución insular.

Por último, indicar que la Fuente Santa cuenta con una sexta charca, aunque en su momento no fue declarada como termal. Carlos Soler recuerda que "estaba obstruida" cuando los técnicos responsables de analizar su agua se desplazaron al lugar para comprobarla, pero "es la más sencilla de recuperar" siempre que lo haga "personal cualificado". Y es que este ingeniero ya lleva años diciendo que al frente de la Fuente Santa "hay que poner a personas que sepan de acuíferos costeros. No estamos hablando de unas aguas cualquiera porque son únicas en España y las mejores de Europa, capaces de subir la renta per cápita de toda una isla como La Palma".