Otras islas presumen de tener los hoteles llenos, de recibir cada día más aviones, de ir saliendo, a la postre, de la crisis. La Palma, sin embargo, mira esa tendencia con sana envidia y acumula cada año datos negativos. El sector turístico no acaba de consolidarse y en 2013, en tan solo un año, perdió 77.540 turistas, según los datos oficiales de Aena.

La Isla recibió en su conjunto 393.413 visitantes. Ahí están sumados tanto los que llegaron en vuelos interinsulares como de Madrid o en charter. En 2012 la cifra fue de 470.953, es decir, en el último año hubo un descenso del 16,4%. No es una bajada atípica. Al contrario, se repite. Un dato: en 2011 se superaron con creces el medio millón de turistas.

La Palma siempre observa con detenimiento los datos del mercado alemán. Ha sido y es su principal fuente de turistas europeos. Pues bien, apenas llegaron 65.692 germanos en 2013, por 80.265 un año antes. Los visitantes se pierden rápido y cuesta luego recuperarlos, por lo que el trabajo del nuevo equipo de Turismo tardará meses en demostrarse si es o no efectivo.

Mercados europeos más pequeños sí están dando buenos resultados. Es el caso del holandés, cuyos turistas en la Isla subieron un 7,2% en el último año. Se mueve en cifras bajas, pero cada campaña va subiendo. En 2013 fueron 18.065 los que optaron por descansar en La Palma, por 16.851 en 2012. Allí curiosamente está ahora el Patronato de Turismo, junto a los empresarios, promocionando la Isla. Esperanzador es también el dato de los belgas. En los últimos años se ha pasado de no tener casi a ninguno a llegar el pasado año a los 5.289. No son muchos, pero mejor que los 4.842 del ejercicio anterior.

La nueva política del Cabildo de La Palma está en fortalecer los nichos pequeños, cuyos viajeros se adaptan a la perfección a la oferta que pone en el mercado el territorio insular, evitando competidores más potentes donde predomina el sol y la playa en sus catálogos.

Hay que hacer hincapié que la Isla sigue dependiendo y mucho del mercado nacional para mantener abiertos los alojamientos turísticos y no destruir más puestos de trabajo. A propósito, de Madrid llegaron 37.243 visitantes en 2012. Un año más tarde la cifra no llega a los 27.000. Un descenso que supone un duro golpe para los empresarios del sector. Y de Canarias ocurrió lo mismo. Se ha pasado de 311.826 viajeros a menos de 262.000; es decir, una caída del 16%. Cifras alarmantes.