El Cabildo de La Palma renunció a la compra del barco coreano que iba a hundir en la costa de Tazacorte, con el objeto de crear un arrecife artificial, apenas tres meses después de su intento de adquisición, en una rocambolesca historia que ha enfrentado públicamente al gobierno y a la oposición insular.

El consejero de Turismo, el popular Raúl Camacho, reconoció en sesión plenaria que desconocía el paradero de la embarcación y pidió a Coalición Canaria su colaboración para localizarlo, pese a que el barco se iba a hundir a finales de 2013, mientras que el grupo nacionalista, a través del exresponsable del área, Julio Cabrera, respondió asegurando que nadie se podía creer que de la noche a la mañana se puede perder un antiguo pesquero de casi 60 metros de largo.

Las facturas a las que ha tenido acceso EL DÍA certifican que la institución insular, a través de la Sociedad de Promoción y Desarrollo Económico de La Palma (Sodepal), hizo una anotación contable para la compra de la embarcación por 25.000 euros el 24 de julio de 2013, a la empresa Corporación Marítima. Sin embargo, el 3 de octubre del mismo año, siempre con Coalición Canaria al frente del Cabildo de La Palma, se anuló la operación, registrándose en la sociedad pública una nota de abono presentada por la entidad contratada al efecto.

No solo se pretendió comprar y se anuló la operación del barco en poco más de dos meses, sino que también, en las mismas fechas, se hizo lo mismo con un "asesoramiento y apoyo estratégico y técnico para la creación de una zona de acondicionamiento marino mediante la creación de un arrecife artificial en la zona de Tazacorte", con un coste de 10.000 euros, según se recoge textualmente en los recibos emitidos. En este caso, el acuerdo se alcanzó con la Fundación Philippe Cousteau Unión de los Océanos, cuya directora de administración, que firma la factura, es curiosamente la misma que la de Corporación Marítima. Es más, ambas empresas tienen el mismo teléfono, fax y la misma dirección, calle General Oraá, 26, 5º D, Madrid.

A la empresa Sodepal llegó además otro cargo, con fecha 24 de octubre, de Grupo Soil, entidad también radicada en Madrid, por un "plan estratégico de comunicación para el hundimiento de un pecio en La Palma", estudio con un coste de 17.550 euros. En el recibo se indican, por cierto, las cuentas a las que se debe realizar la correspondiente transferencia. Se desconoce qué ocurrió con ese contrato.

El exconsejero de Turismo Julio Cabrera afirmó en un comunicado que el barco se encuentra en el puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria. Y el Cabildo palmero, si quiere renegociar la embarcación para el arrecife artificial, debe buscarlo en ese enclave. Según la información recogida por esta redacción, el viejo pesquero está efectivamente en el muelle grancanario y se encuentra incluso en un adelantado proceso de descontaminación para su hundimiento, labor que fue paralizada tras frenarse la operación de compraventa.

Y todo por un pecio.