Es una forma diferente de hacer turismo. Sin pagar alojamiento, tampoco coches de alquiler. Todo lo que pueden se lo llevan a cuestas. Se meten en sus caravanas, muchas de ellas con sus banderas de origen, y recorren sin agobios el lugar elegido. La cuestión no es correr más que nadie sino disfrutar de aquellos espacios que atraviesan.

Ayer eligieron La Palma. Llegaron de Tenerife, también desde Gran Canaria, para unirse a sus compañeros de La Palma. Eran 77 caravanas con 230 personas a bordo. Sí, un "montón". Se concentraron en la bolsa de estacionamientos de Los Cancajos. Allí donde hace apenas unas semanas se entregaban los dorsales de la prueba atlética Transvulcania. Son eventos muy diferentes, es cierto, pero sus participantes, unos y otros, tienen alma de aventureros.

Se articuló un dispositivo especial tanto de tráfico como para acondicionar zonas de aparcamiento. Aún así, no iban todas las caravanas juntas. Se organizaron en diferentes grupos para no entorpecer al resto de vehículos. Iniciaron el recorrido por el Sur. Los Cancajos-aeropuerto-Lodero. Buscaron Fuencaliente para atravesar Las Manchas, con ruta guiada incluida a las Bodegas Teneguía, y acabar bajando hasta Tazacorte. A su ritmo. Anoche pernoctaron en Puntagorda para hoy recorrer el Norte y almorzar en La Laguna de Barlovento, donde descansaron para el domingo finalizar la ruta por la Isla en el puerto de Santa Cruz de La Palma.

Es cierto que no es, para qué engañarse, el turismo que más deja dinero en la Isla, aunque eso no significa que no tengan sus gastos. Además, están en su derecho de agarrar su caravana para recorrer el "mundo". Es más, el propio consejero insular de Turismo, Raúl Camacho, área que colabora con este convoy, entiende que la iniciativa supone para La Palma "una herramienta más que tenemos que utilizar para dar a conocer nuestra Isla". Defiende que "el turista que nos visitan en caravana puede ser un bueno embajador de La Palma", por lo que "debemos poner en valor esta alternativa de hacer turismo".