Cáritas se está quedando sin dinero. En Los Llanos de Aridane sus recursos escasean. Ya no tiene para dar, como hacía apenas unos meses, vales para comprar en supermercados y ahora se centra en atender las necesidades más básicas. Que no es poco.

"El dinero de Amancio Ortega se gastó en abril", cuenta uno de los responsables de la institución benéfica, en referencia a los 20 millones que uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes, donó a Cáritas a nivel nacional y que se distribuyó entre sus diferentes delegaciones. Gracias a esa donación "se podían dar vales de 15, 20, 25 y hasta 50 euros para alimentos no tan básicos como otros, sino más complementarios pero necesarios", es decir, galletas, yogures, leche para bebé... "eso desgraciadamente ya no nos lo podemos permitir".

El poco dinero efectivo que en la actualidad conceden es "para casos muy concretos, de extrema urgencia", hablan de "20 euros para completar el pago del alquiler o para que no le corten la luz a una familia. Antes teníamos más posibilidades, pero ahora vamos con lo justo".

Con menos recursos, Cáritas mantiene su esfuerzo por colaborar con los menos que tiene. Recibe ayudas públicas y donaciones de particulares, las propias cuotas de los socios, que al menos permiten a la organización "entregar alimentos cada miércoles" en su sede de Los Llanos de Aridane. cada semana atienden "a unas 30 familias, que solo pueden venir una vez al mes". Tienen una lista para controlar las entregas, de tal forma que los beneficiarios no puedan repetir hasta los siguientes 30 días: "Nos gustaría tener recursos para dar alimentos todas las semanas, incluso todos los días, a todas las familias que lo necesitan, pero no es posible". Lo dicen resignados, conscientes de las urgencias sociales pese a la encomiable labor que realizan.

El perfil del peticionario también ha ido cambiando. Muchos de aquellos inmigrantes que llegaron a Los Llanos de Aridane en busca de un futuro mejor han tenido, poco a poco, que retornar a sus países de origen. Desde Cáritas apuntan que "ahora vienen menos cubanos, bolivianos y colombianos. No es porque hayan encontrado trabajo y su situación haya mejorado hasta el punto de no necesitar nuestra ayuda, sino que se trata de personas que se han tenido que volver a su lugar de origen".

Por el contrario, han aumentado "los hippies. Vienen en grupo, necesitan ayuda y se les entregan alimentos básicos". También va gente local, de La Palma, porque "la crisis nos afecta a todos y hay muchas familias de la Isla que lo están pasando realmente mal". En el paquete que cada beneficiario se lleva, de unos 10 kilogramos de peso, aproximadamente, va leche, aceite, azúcar, pasta, verduras...