Los empresarios se esfuerzan por demostrar que sacar agua de la Fuente Santa para los spa que existen en la Isla es la única posibilidad que ahora tiene La Palma para traer más turistas. Que lo demás es milonga o, al menos, tan solo creará empleo a largo plazo.

El presidente del CIT La Palma, Óscar León, compareció ayer ante los medios de comunicación acompañado por el ingeniero Carlos Soler y el profesor de Farmacología e Hidrología Médica Eduardo Navarro. La idea no era otra que demostrar que si se saca agua el manantial no se verá afectado, además "es agua que lleva años perdiéndose al mar", y que las propiedades del líquido que ahora se desaprovecha son exclusivas, "las mejores de España, por encima de La Toja".

Ambos técnicos cumplieron con su cometido. Soler vino para decir, a la postre, que el acuífero tiene agua de sobra para todos. Que no es plan de "secuestrar el recurso" en la Fuente Santa sino aprovecharlo, "que se puede", en toda la Isla. Es tan sencillo de realizar el proyecto que "en pocas semanas se daría un vuelco a La Palma". Sí, hablaba de economía, de la cantidad "incalculable" de personas de todo el mundo, de turistas, que querrían tratarse con ese agua.

En los mismos términos se expresó el profesor Navarro, quien reclamó una solución "para poder aprovechar unas aguas que son mejores que el resto de las que se usan en los balnearios de toda España".

Por su parte, Óscar León hizo un esfuerzo por aclarar que los empresarios quieren, igual que el alcalde de Fuencaliente, Gregorio Alonso, "que el balneario de la Fuente Santa se haga. Es prioritario", pero el empresario no quiere engañar a nadie y advierte de que "no se hará antes de 5 ó 6 años". El problema es que en estos momentos la situación del sector turístico y, por ende, de la economía insular es muy delicada, "tras sufrir el peor mes de mayo desde 1999", afirmación que se fundamenta en la caída de visitantes.

Pese a todo, el presidente del CIT sabe que el alcalde de Fuencaliente está en contra de que se saque agua de "su" Fuente Santa y que el Gobierno insular no lo tiene claro, dudas que personifica como nadie el propio vicepresidente insular, Carlos Cabrera, que ha sido capaz de defender un día el proyecto para luego, en apenas una semana, cambiar de parecer. Las negativas de los políticos no achican, sin embargo, a los empresarios, que entienden que poner el recurso en los spa "para convertir La Palma en recurso termal" es el "gran revulsivo", el único "a corto plazo", que se necesita para generar riqueza y, por ende, crear puestos de trabajo.

León quiso aclarar, al contrario de lo que defienden los políticos que se oponen al traslado del agua fuera de Fuencaliente, que "poner agua en la Fuente Santa, desarrollar este proyecto, haría que muchas personas de la Isla la pudieran utilizar", estando convencido de que los resultados en tratamientos serían tan satisfactorios que la propia sociedad reclamaría que se hiciera el balneario. A propósito, Soler defendió que no sería recomendable "tener el agua solo en el municipio Fuencaliente", ya que "no se puede hacer un balneario que sea un hospital de enfermos".

La defensa del proyecto que hacen empresarios y técnicos choca con el criterio de los políticos. Y son ellos, por ahora, los que mandan.