El Gobierno de Canarias tiene "fijada" a Radio Murión como nunca antes tuvo a ninguna otra emisora en La Palma, fuese o no ilegal, hasta el punto de precintar en dos ocasiones durante el último mes sus equipos en la torreta del Time para evitar sus emisiones, con la posterior intervención de los trabajadores del medio, que cortaron los cierres oficiales para poder seguir con su labor informativa.

Pero, ¿qué es Radio Murión? Lo primero, no es una emisora tradicional. Tampoco al uso. La montó en Tazacorte un empresario vasco, César Gil, con lazos con la Isla en 2005. Aquella primera etapa acabó en 2008 debido al comienzo de la crisis económica. Fueron tres años de emisiones sosegadas, sin una seña de identidad clara.

En 2011, Radio Murión volvió a las ondas. Regresó de forma diferente. Faltaba apenas un mes para celebrar las elecciones municipales y autonómicas. Su dueño se sintió traicionado por el ayuntamiento, también por un grupo de empresarios, en su intento por desarrollar proyectos turísticos en la costa bagañeta y comenzó una "guerra" contra el nacionalismo de Unión Bagañeta-Coalición Canaria.

Fueron 30 días de acoso y derribo. Sus programas más reconocidos, "El Soplete" y, sobre todo, "La Cueva", parecen diseñados para atacar a todo lo ajeno. Desde la emisora se "presume" de haber colaborado para que UB-CC perdiera una mayoría absoluta que era histórica. Quizás sea mucho pensar, demasiado autobombo, pero quién sabe...

Esa forma de comunicar tan agresiva hizo que fuese una de las emisoras, quizás la más, escuchada en la comarca del Valle de Aridane. Por encima incluso de las nacionales radicadas en la Isla. Sus detractores afirman que "convierten los rumores en noticia" y los acusan de "falta de profesionalidad; pisotean el diccionario y las buenas prácticas del periodismo". En ocasiones, en no pocas ocasiones, es verdad. "Es como un Tele 5 a los bestia, con tres o cuatro Belén Esteban", afirma un compañero de profesión. Eso sí, sus opiniones son valientes, rayando en ocasiones lo temerario. "Estaba claro que esto no iba a gustar a caciques y políticos, y sobre todo cuando alguno de sus dirigentes, palmero a la sazón, es del valle que ha sido su jardín electoral", llega a subrayar el propietario del medio, que desde su tierra natal participa en alguno de los programas.

Radio Murión, que no tiene en la labor de contrastar su principal virtud, tiene tan solo dos trabajadores. El resto son colaboradores. Pero no les importa estar durante doce horas emitiendo sin descanso, incluso durante toda la madrugada cuando algún suceso, como un incendio en El Paso, lo requiere. Eso sí, los fines de semana cierran.

Si arrastra deficiencias, que las tiene, también hay que destacar los contactos de que dispone para entrevistar a personajes de ámbito nacional que se prestan a pasar por sus ondas. Son los casos, por ejemplo, de Miguel Ángel Revilla, Iñaki Anasagasti, Vázquez Figueroa, Fernando Cantalapiedra... Aseguran que la última entrevista que dio Antonio Cubillo antes de morir fue con ellos, en Radio Murión.

Las amenazas de querellas, las denuncias, el precinto de sus equipos, las dificultades económicas que afectan a todos los medios y la mayor competencia no amilanan a esta emisora, que el Gobierno de Canarias no quiere ni ver. O, mejor, ni oír.