Los doce inmigrantes que llegaron el pasado lunes sobre las 20.17 horas a Tazacorte aseguran que salieron de la costa de Mauritania el 27 de junio. Cargaron el cayuco de 15 metros de alimentación y combustible y se dirigieron a Canarias. Esa es su versión: entre tres y cuatro días de travesía. Niegan con rotundidad que fueran ayudados por un barco nodriza, pese a llegar a la Isla en buenas condiciones físicas. Tampoco se esperaba otro relato diferente. Y, en el fondo y pese a su relevancia, no es un dato que cambie la clave de la historia: la necesidad de un grupo de personas por tener que buscarse un futuro lejos de su tierra.

Los inmigrantes, que proceden, según han declarado, de Malí, Mauritania, Guinea-Conakry, Senegal y Gambia, permanecen en la Comisaría de la Policía Nacional de Santa Cruz de La Palma, y se encuentran a disposición judicial. En el momento de escribir esta información, una forense se encargaba de analizar las pruebas óseas realizadas en el Hospital General a uno de los inmigrantes, para comprobar si efectivamente es menor, tal y como el joven sostiene desde que tomara tierra en la zona de Los Tarajales. En ese supuesto caso, será tutelado por el Cabildo de La Palma.

También se investiga por el patrón o patrones de la embarcación, antes de que los inmigrantes sean remitidos a un centro en otra isla de Canaria.

Además, diferentes informaciones apuntan a la posibilidad de que al menos uno de los inmigrantes que llegaron en este cayuco participara en la travesía de la embarcación que el 12 de marzo de 2013 llegara a Tazacorte, con la misma cantidad de inmigrantes que en esta ocasión. Un dato sin ratificar.