Benigno, Nieves, Pili y Mary fueron los últimos informadores oficiales de Aena en La Palma. En la antigua y añorada terminal del aeropuerto, los trabajadores ahora retirados ocuparon durante lustros el puesto ubicado estratégicamente a la mitad del recinto, allí donde eran visibles sin dificultad para los usuarios.

Desde consultar por una maleta que se perdía hasta preguntar por cualquier avión retrasado, pasando por las inclemencias meteorológicas, el horario de las guaguas o, incluso, esperar a que Benigno te contara el último partido de la SD Tenisca, su equipo de fútbol, o escuchar a Pili narrar las anécdotas del aeropuerto recién estrenado, cuando el director les dejaba coger el coche y correr por la pista de aterrizaje... todo en el aquel "kiosco". Aena decidió incluso reforzar el punto de información con las denominadas "chaquetas verdes" para facilitar información en idiomas, principalmente, como requisitos indispensables, en inglés y alemán.

Tras un proceso de selección, las primeras "expertas" en idiomas del aeropuerto fueron, hace ya una década, María José y Natalia. La primera es licenciada en Traducción e Interpretación y la segunda, formada en el colegio Alemán de Santa Cruz de Tenerife antes de ingresar en la Universidad de La Laguna, es licenciada en Ciencias de la Información. Ambas dominan a la perfección, además de su idioma materno, las otras dos lenguas que se exigían, ofreciendo un servicio de primera calidad a los turistas que entraban en la Isla por el aeropuerto palmero. Después de ellas, de las pioneras, llegaron otras, hasta que el aeropuerto decidió, con la crisis económica, suprimir el servicio.

En la nueva terminal las cosas han cambiado, no siempre para mejor, y el punto de información es diferente. Muy diferente. Aena decidió sustituir a los trabajadores por un simple ordenador y un teléfono. La idea es que el usuario se conecte a la web del aeropuerto de La Palma o llame a un número telefónico donde se le atenderá, al menos en teoría, todas sus consultas. Primero ubicó las "nuevas tecnologías" en la "isla" colocada a mitad de la espaciosa instalación, pero fue una decisión que a los responsables del aeródromo no les pareció la más correcta. O mejor, la más rentable. Es un lugar era demasiado atractivo y se optó por sacarlo en alquiler.

Ahora, han optado por poner el teléfono y el ordenador al lado de la máquina del agua y de las "chucherías", en una mesa apoyada sobre una columna. Encima del mueble, un cartel rojo invita al viajero a dejar escritas sus sugerencias: "ayúdenos a mejorar". Aunque el mensaje suene a guasa, no lo es.