"El Plan Territorial Especial de Ordenación Turística de La Palma permitirá a la Isla un desarrollo ordenado, con la construcción de hoteles, campos de golf y puertos deportivos, pero siendo respetuosos con el medio...". Era el año 2007 y los políticos, al menos los que mandaban, festejaban la aprobación del denominado PTE, que prácticamente se planteaba como la cura para todos los males. La realidad, nada se ha hecho. El fracaso es mayúsculo.

El documento contemplaba construcciones hoteleras con diferentes normativas de aplicación, dependiendo en gran medida del suelo a ocupar. De esta forma, preveía doce alojamientos como ACP (actuaciones convencionales propuestas), vinculadas a equipamientos estructurantes. La Cangrejera, Balcones de Mazo, Finca Amado, Los Dragos, Martín Luis, Santa Lucía... Ninguna se realizó, después de que los expedientes caducaran al cumplirse los plazos de ejecución (31 de diciembre de 2012) sin que se moviera ni una piedra. Ni una.

Hay tres razones que justifican que ninguno de los doce hoteles previstos como ACP se llevaran a cabo. La primera, la especulación. Hubo promotores sin interés real en construir hoteles. La segunda, problemas urbanísticos: municipios que no tenían adaptados su Plan General de Ordenación al PTE, lo que frenaba las inversiones. Y, por último, la decisión de algunos ayuntamientos o, mejor, grupos de gobierno que sencillamente no apostaron por el desarrollo turístico. Un claro ejemplo es la ACP-13, en Las Manchas. Se creó una sociedad que tenía interés real en hacer un hotel de 4 estrellas con un hospital dedicado principalmente a los mayores, como equipamiento estructurante. Sin embargo, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane decidió no incluir la iniciativa en su planeamiento, parándola en seco.

El Cabildo tramita ahora una modificación del PTE para dar una nueva cobertura legal, un nuevo plazo de ejecución, a las diferentes ACP.

No eran los únicos hoteles previstos en el PGO. Para intentar mejorar la renta de los palmeros, para ofertar más trabajos, se diseñaron otros siete hoteles. Eran actuaciones en suelo rústico y de pequeña escala, denominadas AEP. Estaban La Hiedra, Tacande, Los Quemados, La Alegría, San Pedro, Las Lomadas y San Andrés. Siete años después de incluirlas en el PTE, ninguna se ha desarrollado. En este caso, se permitía incluso hacer los alojamientos sin que los planeamientos municipales estuvieran adaptados al plan insular. Pero ni así.

El motivo para que no se desarrollaran es que detrás de los proyectos en estos suelos, al menos en la mayoría de ellos, no estaban realmente hoteleros. También es cierto que ha influido, como en el resto del documento, la crisis económica que se inició en 2008. Y es que La Palma no tenía plan cuando había dinero y luego lo aprobó el documento cuando los fondos se habían gastado. Y, encima, a los pocos inversores con capacidad los ha ido, por unas u otras causas, aburriendo.

El PTE recoge además nuevas construcciones en los núcleos convencionales, Los Cancajos y Puerto de Naos. Los casos más "sangrantes" se dan en la costa de Los Llanos de Aridane, donde la normativa permitía hasta cuatro hoteles. Lo curioso es que en este caso sí hay un inversor que lleva dos décadas esperando a que lo dejen construir una instalación hotelera de 5 estrellas, pero las trabas urbanísticas municipales han impedido que se pueda llevar a cabo.

Las instalaciones que más polémica generaron con la aprobación del planeamiento turístico fueron los campos de golf. Se marcaron hasta cinco suelos en los que poder desarrollarlos, pero con autorización tan solo para los cuatro primeros que se ejecutaran. Todos tenían asociados un hotel, aunque de menos plazas que las propuestas por los promotores. Tampoco se ha realizado ninguno. Es más, la mayoría están limitados por verse afectados por espacios protegidos. En concreto, el campo de golf de Tamanca está en un 100% dentro de una zona natural que impide su desarrollo y La Pavona está afectado en un 20%. Lo mismo ocurre con Barlovento, que ha renunciado a la instalación.

Puntagorda sí cumple con todas las exigencias para tener una instalación deportiva de estas características, mientras que Fuencaliente debe adaptar su planeamiento urbano al insular para darle cobertura al campo de golf, por lo que también es, en principio, viable.

Para "rematar" el PTE, de los tres puertos deportivos diseñados, el único que se ha realizado es La Marina en la capital, mientras que de Los Cancajos y Puerto de Naos nada se sabe. Y así va la Isla...