El colectivo de cazadores de La Palma, y la sociedad palmera en general, están conmovidos por el envenenamiento de ocho perros de caza ocurrido este domingo en El Time, en Tijarafe, y que investiga el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Los hechos, ocurridos a primera hora de la mañana, han tenido una gran trascendencia mediática -las redes sociales no han parado de ofrecer las fotografías de los canes muertos-, debido a su gravedad, pues el uso de cebos envenenados es, por desgracia, habitual en La Palma.

Según relata Jorge González, el padre del propietario de los perros -su hijo Ayoze-, era la primera vez que acudían a ese lugar de caza, que está alejado de fincas y viñedos, lo que hace sospechar que el veneno -muy fuerte por sus efectos- fue colocado con la intención de hacer daño intencionado a los animales.

"A algunos perros se les suministraron hasta seis inyecciones sin resultado", lamenta el Jorge González, quien agradece la colaboración de otros cazadores y del guarda de caza Pedro, que acudieron en su ayuda tras la llamada de auxilio lanzada por whatsapp.

Y sobre este asunto se manifestaron ayer distintas voces del mundo de la caza. Por ejemplo, Manuel Delgado, presidente de la Federación de Caza de Tenerife, subraya que las personas ajenas al colectivo de caza deben "concienciarse" de que los animales son "compañeros".

Entiende el responsable insular que el envenenamiento es una forma "injusta" de que se paguen determinadas situaciones propiciadas por los humanos con los animales.

"Es inconcebible que se utilicen venenos tanto para especies cinegéticas como para animales de caza", enfatiza Delgado, quien advierte también de que las consecuencias de los envenenamientos "no tienen límites".

Y en este sentido, Antonio Porras, presidente de la Federación de Gestión Cinegética de Tenerife, mostró su repulsa hacia aquellas personas que con estas actitudes demuestran que son "delincuentes y cobardes".

Porras advirtió de las sanciones a las que se puede enfrentar aquel ciudadano que use venenos con estos fines, que pueden ser multas de hasta 9.500 euros, según fija Ley de Caza de Canarias para las infraaciones muy graves, e, incluso, penas de hasta dos años de cárcel, según establece el artículo 336 de Código Penal.

Los primeros auxilios

Y si fundamental ir preparado para estas situaciones, también lo es mantener la calma y tener unas nociones básicas para actuar correctamente. Así lo explica el veterinario Manolo Padrón, quien resume los pasos a seguir ante un envenenamiento con insecticidas.

Lo primero y principal es "atropinizar" al animal, es decir, pincharlo con Atropina (pueden ser varias dosis). Si es por vía intravenosa, mejor, pero si no pudiera aplicarse por la situación del perro también se puede efectuar por vía intramuscular o, incluso, intralingual (es muy efectiva).

Una vez que la Atropina haya hecho efecto y los síntomas del perro cambien (respire mejor, disminuye la secreción de la boca) se procederá a darle algo para que vomite. Lo mejor en estos casos, precisa Padrón, es agua oxigenada, sal o jarabe de Ipecacuana.

Y el tercer paso consistiría en suministrarle al perro afectado carbón activado, que como sustancia absorbente fija el veneno en el intestino para que no pase a la sangre. Luego, acudir con rapidez a un veterinario.