El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma está reduciendo su deuda a razón de un millón por año, según se desprende de los datos económicos publicados en su web y en las previsiones para el cierre del ejercicio económico 2014, que adelantó a EL DÍA el alcalde, Juan José Cabrera.

La corporación arrancó la legislatura con una deuda global de 15,8 millones, cifra en el que se suman tanto los impagos a proveedores como los préstamos con entidades financieras, y cerrará el mandado debiendo cuatro millones menos. En concreto, Cabrera Guelmes anunció que "cerraremos 2014 con una deuda inferior a los 12 millones, cerca de los 11,5", una realidad financiera "que ofrece mucha tranquilidad tanto a los que tenemos que gestionar los recursos como a los propios trabajadores municipales".

Los datos de Intervención municipal, es decir, los oficiales, dicen que la corporación local comenzó 2011 con 1,5 millones más en gastos que ingresos, es decir, con un saldo negativo mensual medio de 125.000 euros, a lo que se tenían que sumar los créditos bancarios. Una odisea. La idea del alcalde es arrancar 2015 "con las cuentas equilibradas, es decir, con los ingresos nos permitan hacer frente tanto a los gastos corrientes como a la deuda con los bancos". El nuevo grupo de gobierno, el que entre tras las elecciones, "podrá disfrutar de un ayuntamiento totalmente diferente al que nos encontramos nosotros cuando llegamos", y eso "a pesar de la Bajada de la Virgen, en la que haremos un presupuesto realista".

Al ser cuestionado por el método utilizado para bajar la deuda, el alcalde explicó que han reducido 1,2 millones en gasto anual de personal: "Hemos dejado de cubrir las bajas. Unas debido a que la nueva ley estatal no permite cubrirlas a pesar de que entendemos que son necesarias, como ocurre con el servicio de limpieza; y otras (policías locales), porque desde el grupo de gobierno defendemos que por ahora no son indispensables".

También ha sido clave "el ajuste que se ha realizado en todo lo que se ha podido, sin perjudicar a la prestación de servicios", señaló Cabrera, quien puso un ejemplo clarificador sobre el ahorro en el gasto: "Las empresas en 2011 no querían trabajar con el ayuntamiento, ni entraban, porque cobraban cuando se podía, que era demasiado tarde. Los pocos proveedores que servían al municipio ponían precios muy elevados. Ahora que pagamos con una media de 64 días, y reduciendo ese período, somos nosotros los que podemos negociar porque todas las empresas llaman a la puerta. Hemos generado confianza, los empresarios saben que vamos a pagarles y eso genera una reducción importante del gasto".

El regidor municipal recuerda que al principio de legislatura "lo pasamos muy mal. Pagar las nóminas era muy complicado. El primer objetivo fue evitar despidos, aunque hay que reconocer que por momentos pensamos que era imposible cuadrar las cuentas sin un ERE. Trabajamos duro, todo el gobierno municipal, y poder decir que vamos a acabar 2014 cuadrando las cuentas es una satisfacción".