Los Reyes Magos no siempre aparecen. Son mágicos, pero a veces fallan a la cita. Los Servicios Sociales de Santa Cruz de La Palma, también del resto de la Isla, necesitan de la colaboración de los ciudadanos, cada uno dentro de sus posibilidades, para asegurar que el despertar del día 6 de enero sea especial para todos los menores.

La recogida de juguetes en la capital se celebrará, como cada año, a finales de diciembre, en el atrio del ayuntamiento. "Aún no tenemos el listado de los niños que necesitarán juguetes en esta campaña, pero el año pasado fueron 94 menores de 64 familias y esperamos que ahora sea una cifra muy similar. Los primeros años de la crisis económica sí hubo un aumento importante, pero ahora la cosa está un poco más estabilizada", comentó ayer a EL DÍA una de las trabajadores del servicio, que se mostró plenamente implicada con esta labor.

La solidaridad ciudadana permite que "normalmente tengamos para dar más de un juguete por niño; a veces dos o tres". Y eso pese a que no todo el mundo deja regalos en buen estado: "Solo pedimos que si el juguete ya está usado, que también lo aceptamos, que se encuentre en buenas condiciones para su utilización. Agradeceríamos que si son libros no estén escritos y que a los juguetes no les falten piezas".

Antes de trasladar los juguetes al pabellón Roberto Estrello, donde se guardan antes de ser entregados a los Reyes Magos para su posterior distribución, el personal municipal se encarga de hacer una primera criba. Y es que se encuentran con regalos que no son dignos de entregar ni el 6 de enero ni cualquier otro día. El mensaje es que "lo que no queremos para nuestros hijos por su estado, tampoco lo queramos para los demás".

Las trabajadoras sociales se encargan de elaborar la lista de los niños de familias con escasos recursos económicos. "Nuestras compañeras incluso nos ponen alguna anotación para algún menor determinado. Por ejemplo, no le gustan muñecas o le encanta la lectura. Es la mejor forma para intentar agradar a los menores, dentro de nuestras posibilidades". Tal y como ocurre con la mayoría de cartas que se escriben a los Reyes Magos.

Desde el servicio se comenta que en ocasiones "hay ciudadanos que nos dicen que quieren cumplir con el sueño de cualquier menor". En este caso, son regalos para peticiones concretas. Un ejemplo: "El año pasado un niño pidió una guitarra porque era lo único que quería desde hacía unos años. Pues hubo una persona que se la compró y otra que se encargó de la funda".

Por cierto, conversar con una trabajadora de Servicios Sociales desmonta el sentimiento que existe sobre el empleado público. Son un ejemplo.