La Palma lleva cuatro años perdiendo población y los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de enero de 2014, son desalentadores: 1.659 habitantes menos, un 2% de la población, o, lo que es lo mismo, un pueblo rural entero de la Isla.

Las estadísticas oficiales son "frías", puras cifras, sin valorar las razones. Sin embargo, la evidencia dice que los jóvenes que se marchan a estudiar a la universidad no acaban regresando a la Isla cuando acaban sus estudios; también se podría llegar a la conclusión de que hay palmeros que con la crisis han buscado una salida laboral fuera de su tierra, aunque es verdad que pocos son los destinos que ofrezcan ahora un empleo; e incluso no es descartable que detrás de los datos se esconda una depuración de los padrones. Sea lo que sea, tal vez una mezcla de diferentes factores, la realidad es que en La Palma viven ahora, siempre según el INE, 83.456 personas (41.395 hombres y 42.061 mujeres), lejos de los 85.115 de 2013, de los 85.468 de 2012, 87.163 hubo un año antes... en 2010, en la Isla residían oficialmente 87.324 habitantes.

Los Llanos de Aridane sigue siendo el municipio con más población, pero en un año ha sufrido una bajada en su padrón de nada menos que 514 personas. También destaca la pérdida de residentes en El Paso (311), Breña Alta (162), Breña Baja (157)... Solo Mazo y Puntallana logran incrementar el número de vecinos.

Sin embargo, la situación más alarmante se vive en Santa Cruz de La Palma, que sigue perdiendo habitantes a marchas forzadas. De 2013 a 2014 perdió 146 residentes. Por si solo no es un dato que refleje la realidad. Ahora cuenta con 16.184 personas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en 2012 tenía 16.705 vecinos, que llegaron incluso a ser 18.228 en 2002, es decir, hace 14 años contaba con 2.044 habitantes más que en la actualidad.

La capital no aprovechó el "boom" inmobiliario. Cuando se estaban construyendo viviendas, adosados y hasta casas terreras en municipios cercanos para las familias que buscaban un hogar, concretamente en Breña Baja y Breña Alta, Santa Cruz de La Palma ofertó pocas casas a precios asequibles. Tan solo estaban en el mercado, por aquellos años, pisos excesivamente caros y, por el contrario, no se ejecutó ni una sola promoción pública. La parálisis del Plan General de Ordenación ha sido determinante para que el suelo de la ciudad, principalmente de la zona del Planto-La Encarnación, no se pudiera "explotar".

El recorte de habitantes supone, a la postre, que cada ayuntamiento del municipio afectado cuente con menor financiación, con cargo a la participación de Tributos del Estado.