El pleno se presentaba sin sobresaltos: toma de posesión de una concejal, elección del representante municipal para un colegio, ratificación de decretos... pero se acabó "liando" hasta acabar en una disputa dialéctica, que no confrontación de ideas, entre el alcalde, Juan José Cabrera, y el líder de la oposición, Juan Ramón Felipe, sobre los proyectos más importantes en los que se encuentra inmersa la capital, que lleva años, demasiado tiempo, anclada entre la calle Real y la avenida Marítima.

El primer "intercambio" giró en torno al plan de ordenación de la playa: zona de hamacas, restaurante, área reservada para deportes... El alcalde explicó que la idea era simplemente "sombrear" (marcar) los espacios donde se pondrán los diferentes equipamientos para cerrar un acuerdo con Costas. Felipe se mostró contrario no al desarrollo de la zona de baño, que apoya, sino a que el gobierno municipal "nos presente las cosas ya decididas. O es esto o no es nada". El regidor le recordó que en la comisión informativa "usted no presentó ninguna alternativa y ahora, sin embargo, aquí, en el pleno, se opone. No entiendo su discurso. Aporte...".

El concejal no adscrito, Alejandro Hernández, intervino para solicitar al alcalde que se optara por dejar este punto del orden del día sobre la mesa y se estudiara mejor. Cabrera aceptó, pero no "para perder el tiempo", sino "para analizar alternativas". Se reunirán en el plazo de una semana para decidir, por lo que las "sombras" de las que el alcalde habló, que se dieron como seguras a la opinión pública, quedan ahora en un simple ya veremos.

Luego, el ascensor urbano de Correos. Felipe recordó que la estructura tenía que contar con el visto bueno de la Comisión Insular de Patrimonio al afectar a la zona protegida de la Luz: "Hay un muro de 400 años que se tiene que respectar y analizar también el impacto visual". Es más, "allí no se permitió a un vecino reconstruir una vivienda". El alcalde, que asume la obra como un valor diferenciador para la ciudad, afirmó entonces que "hay miembros en esa comisión que quieren que el proyecto se pare, lo mismo que quiere usted. Cuando salga será con todos los requisitos". El ambiente, por aquel entonces estaba "caldeado" y el líder nacionalista acusó a su oponente de "vender humo y hacerse fotitos", en recuerdo a la reciente imagen de Juan José Cabrera con el vicepresidente del Cabildo, Carlos Cabrera, después de que la institución insular aportara 250.000 euros para esta iniciativa.

Al líder de la oposición tampoco le agradan las conversaciones que el alcalde ha mantenido con los vecinos de las viviendas de Mirca sobre la posibilidad que existe de no derruir sus casas. Felipe acusó a Cabrera de "haberlo liado todo" incluso desde la precampaña de 2011. Le recordó que "está diciendo que las casas quizás no haya que derribarlas cuando hay un informe técnico que dice que se tienen que tirar. ¿Que técnico va a decir ahora que su compañero no dijo la verdad? ¿Está usted diciendo que mintió en su informe?".

El regidor señaló que con la crisis "las circunstancias han cambiado y voy a intentar hasta el final que las casas no se derriben". El "popular" acabó acusando al exalcalde de haber provocado esta problemática, "que nosotros heredamos". La oposición aclaró que "no queremos que las viviendas se tiren", aunque en el discurso de su portavoz fue imposible adivinar qué quiere que se haga.

También hubo intercambio de "palabras" con las obras del parque submarino y por una subvención de 50.000 euros que el ayuntamiento ha tenido que devolver al no ejecutar la pasada legislatura un proyecto de luminarias. En este último caso, Felipe "discutió" (desde el punto de vista político), con la responsable de Economía, Nieves Pilar Rodríguez. El portavoz de CC solicitó el expediente de la actuación, a lo que la edil del PP, mucho más impetuosa (no es una rival política cómoda) que el alcalde, le respondió que "cuando lo vea, se le va a caer la cara de vergüenza"...