La limpieza de la terminal del aeropuerto de La Palma se ha quedado bajo mínimos, después de que se haya procedido al despido de cuatro trabajadoras, según denunció ayer a esta redacción personal del servicio.

Dos de las afectadas estaban trabajando en el aeródromo palmero desde 2010, mientras que sus otras compañeras despedidas se encontraban cubriendo sendas bajas, aunque curiosamente les han rescindido el contrato antes incluso de que las titulares de las plazas se hayan reincorporado.

La plantilla de limpieza se queda ahora con tan solo 14 trabajadores para todo el edificio, cuando para la terminal antigua, que era mucho más pequeña y a la vez más acogedora que la actual, llegaron a estar contratadas hasta 25 personas para la misma labor; es decir, higiene del suelo, cristales y recogida de los carros que usan los viajeros para sus maletas.

"Es imposible que con tan pocas personas se pueda atender correctamente una terminal del tamaño que tiene la que se construyó en La Palma", aseguran las mismas fuentes, que advierten de que "no es solo el trabajo que hay que desarrollar cuando estamos todos, sino que tener en cuenta los días libres, las vacaciones, bajas por enfermedad... pero si en la terminal antigua éramos 25 personas. ¡Más edificio, menos gente! Así no se puede dar avío".

La plantilla de limpieza del aeropuerto estuvo afectada por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante dos años, con reducción de jornada para los trabajadores, que lo aceptaron con el compromiso empresarial de que no habrían despidos y que al finalizar este período, en diciembre de 2014, volverían (todos) a las 40 horas a la semana.

Sin embargo, el servicio fue adjudicado a otra empresa, Interservice, que comenzó a operar en febrero y cuya primera medida "ha sido despedir a cuatro compañeras, sin respetar el acuerdo que había con la anterior concesionaria. Hemos estado dos años sacrificándonos, y mira la medida que toman". Aena tampoco ha tomado "cartas en el asunto", al menos por ahora, para tratar de garantizar que el aeropuerto mantenga unos mínimos de limpieza. Un aeródromo que poco a poco ha ido reduciendo e incluso perdiendo servicios.