El acuerdo alcanzado entre el grupo de gobierno en Santa Cruz de La Palma y la Policía Local para el abono de los atrasos pendientes desde 2010, por horas extras, domingos y festivos, está provocando un enfrentamiento sin precedentes entre un grupo de agentes y la mayoría del personal municipal, que se opone tajantemente a la amortización de plazas y a perder parte de sus derechos, eso afirman, para garantizar el complemento previsto en las nóminas a los policías.

El gobierno municipal llegó incluso a anunciar públicamente el acuerdo con la Policía Local, informando de un plan de pagos anual y un complemento específico singular en sus nóminas. La reacción del resto del personal no se hizo esperar, presentando diferentes escritos ante el concejal delegado de Recursos Humanos, el socialista Julio Felipe, por "trato discriminatorio y agravio comparativo". Expresaron incluso que si el citado acuerdo se firmaba, se generaría "incertidumbre" en el pago de las nóminas a los trabajadores municipales.

El ambiente se ha ido enrareciendo hasta que ayer acabó por "explotar". La aparición de panfletos con acusaciones graves que afectan directamente a la honorabilidad de los afectados, además de un documento donde se amenaza a los funcionarios que firmaron el recurso contra el acuerdo que beneficia a la Policía Local, a lo que se unen supuestas llamadas intimidatorias y multas de tráfico por doquier, hicieron que dos trabajadores denunciaran ante el Cuerpo Nacional de Policía para que abriera una investigación sobre lo ocurrido, señalando directamente a agentes municipales (no a todos) como los responsables de actitudes "mafiosas".

Los trabajadores se reunieron ayer en el salón de plenos en una asamblea a la que también fueron invitados los policías locales. La idea era analizar una situación que "se ha ido de los cauces normales de exposición de razones entre personas civilizadas, para acabar en un auténtico polvorín, en una guerra bastante fea", señala uno de los funcionarios presentes en la reunión, pero lo cierto es que en lugar de alcanzarse un consenso, el encuentro ha servido para aumentar las diferencias.

Los agentes decidieron marcharse de la reunión, cuyos asistentes afirman haber recibido hasta cinco multas de tráfico por mal aparcamiento durante el tiempo que duró el encuentro en el mediodía de ayer. "Esa es su actitud, buscar nuestros vehículos y machacarnos a multas por cualquier razón", dice uno de los representantes sindicales. "Antes lo hacían con los vehículos del ayuntamiento, hasta que el gobierno llegó al acuerdo con ellos", sentencia.

En la asamblea se llegó al acuerdo, que ahora deberá ser ratificado por el resto de los trabajadores, de realizar una jornada de protesta diaria de 15 minutos de duración a partir de mañana miércoles, concentrándose en el atrio del ayuntamiento para hacer visible "la situación insostenible, de persecución, que estamos viviendo", denuncia un funcionario.