Transvulcania ha elaborado un estudio exhaustivo sobre la ultramaratón, en la que reconoce errores en la medición de la prueba e informa de los abandonos e intervenciones sanitarias registradas en la edición de 2015, cumpliendo con el compromiso de "desnudar" todos los datos de la prueba, cuando se cumple casi un mes de su celebración (9 de mayo).

En cuanto a los abandonos, se registraron un 10,4% más que en la edición anterior, alcanzando los 397 en 2015. No se distingue entre los que tuvieron que dejar la prueba por razones deportivas (no superar los tiempos de corte establecidos) y los producidos por otros motivos, como los voluntarios o por motivos sanitarios.

Sin embargo, hay un dato a tener en cuenta: el mayor incremento de abandonos se produjo en el primer tramo, desde El Faro de Fuencaliente hasta el refugio del Pilar. 23 el pasado año y 157 en la última edición. El motivo fundamental ha sido la rebaja en una hora de los tiempos de corte. Mientras, el número de atletas que dejaron la ultramaratón entre el Pilar y el Roque de los Muchachos también aumentó un 31,1%, cima de la Isla donde igualmente se recortó el tiempo máximo de llegada, a lo que se une la exigencia mayor que supone para los corredores contar con un avituallamiento líquido menos, lo que se nota sobre todo cuando se corre sobre los 2.000 metros de altura, como ocurre en estos espacios naturales.

Sin embargo, en el tramo Roque de los Muchachos-Puerto de Tazacorte los abandonos cayeron un 34,6% (90-51), siendo prácticamente los mismos (9-8) en la última subida hasta Los Llanos de Aridane.

Sobre asistencias sanitarias durante la última edición, Transvulcania afirma que las intervenciones se elevaron a 511, incluyendo diez evacuaciones aéreas. No se dispone de datos sobre la naturaleza de las asistencias realizadas, sino sobre su número global. Por tanto, no resulta posible categorizar los diversos tipos de incidencias registradas (erosiones, ampollas, torceduras, deshidrataciones, golpes de calor...). Eso sí, aunque la Ley de Protección de Datos impide revelar información diagnóstica de personas concretas, la organización aclara que "al contrario de lo publicado, no se produjo ninguna parada cardiorrespiratoria".

Por último, Transvulcania confirma una nueva revisión del rutómetro de la ultramaratón, su organización, es decir, la empresa pública Sodepal que depende del Cabildo de La Palma, admite que la distancia de la prueba, que parte del faro de Fuencaliente y acaba en Los Llanos de Aridane, no es de 73,3 kilómetros como se ha venido anunciando oficialmente a corredores y público en general, tampoco de 83 como se decía en las primeras ediciones, sino exactamente de 74,6 kilómetros.

El proceso de generación del nuevo track (archivo digital de recorrido) ha partido de una medición sobre el terreno realizada con una unidad GPS. A esa captura de datos siguió un minucioso proceso de revisión sobre ortofotografías para minimizar los errores inducidos por el dispositivo, bien por falta de precisión (simplificación excesiva del trazado) o por falta de cobertura.

Finalmente, se han eliminado los datos de alturas de la medición original y se han vuelto a generar a partir de un Modelo Digital del Terreno (MDT) basado en datos LIDAR. El objetivo de este segundo paso es determinar con el mayor grado posible de precisión la distancia recorrida en la vertical del terreno. El resultado, 1,3 kilómetros más de lo que se pensaba.

Todo el proceso ha sido supervisado y conducido por el personal técnico especializado del Servicio insular de Política Territorial.

La organización reconoce además que se equivocó en la distancia entre el final de la pista de La Hilera y el siguiente avituallamiento, en el Pico de la Cruz, lo que generó una fuerte polémica. Se dijo erróneamente que entre ambos puntos había 12,4 kilómetros, cuando en realidad hay 2,7 más, aunque se trata de un dato que todavía ayer era provisional.