La organización de las Fiestas Lustrales ha decidido cancelar un concierto de rock de dos grupos de la tierra, previsto para mañana, a las diez de la noche, en el recinto de la Avenida Marítima, y programar en su lugar una verbena, después de ceder a las pretensiones de los dueños de los quioscos del Recinto Popular.

Los "quiosqueros" consideran que una verbena popular tiene más capacidad de atracción y, por ende, será más rentable para sus cajas, que el concierto previsto de los grupos de rock Barbanegra, de Santa Cruz de La Palma, y Maldito Derrape, de El Paso, formaciones ciertamente modestas, desconocidas para el gran público, que no llenarán el recinto, pero con unas ganas desbordantes de demostrar su valía en el marco de la Bajada de la Virgen. Además, no suenan nada mal y cada vez tienen a más incondicionales. ¿Suficientes?, parece que aún no...

Los afectados han aprovechado las redes sociales para exponer su malestar por la decisión del Patronato, una versión que, como es lógico, ha sido apoyada sin miramientos por su público. A propósito, Maldito Derrape ha expresado en su facebook que el rock "se siente cada vez más marginado por estas tierras, que entre verbenas y folclore se mueve. Así nos va", calificando de "tercermundistas" las razones que han llevado a la cancelación del concierto: "solo por unos míseros euros", remarcan.

Más contundentes han sido los integrantes de Barbanegra, que entienden que "lo mas flipante es que el ayuntamiento ha cedido a las peticiones de los quiosqueros" y ha suspendido sin más miramientos nuestro concierto a tan solo tres días de que se celebrara", sin ninguna comunicación anterior. "Este es el trato que se le da a la cultura en estas fiestas lustrales y a nuestra banda", subrayan. Consideran además que este hecho demuestra que la Bajada, "en vez de ser un portal para los artistas, es un simple y burdo negocio donde los intereses económicos de unos pocos priman sobre el trabajo, la ilusión y la sed de cultura de todos nosotros".

El apoyo de los suyos no ha tardado en plasmarse en la red: "Si quieren verbena, que distribuyan las horas"; "la culpa es de la organización, unos eventos están para los días que son y punto"; o "la verdad que me parece alucinante y vergonzoso que se cambien unas actuaciones con el trabajo, dinero y sacrificio que eso lleva", han sido algunas de las reacciones ante la suspensión del concierto.

Pese a ello, una cosa sí está clara: el rock nunca muere. Y en La Palma, menos.