Los agricultores de la Isla miran al cielo. La sequía, que se prolonga en el tiempo, y las altas temperaturas de las últimas semanas, además de las previsiones para lo que resta de verano, están haciendo que los cosecheros palmeros estén viviendo con extrema preocupación una de las peores épocas, quizás la peor, de los últimos años, lo que tiene una mayor incidencia en el Valle de Aridane.

La falta de lluvia ha hecho que tanto las Haciendas de Argual y Tazacorte como Canopalma hayan optado por reducir las pipas por hora para el riego de las fincas, con el objeto de evitar una sobreexplotación del recurso. A ello se une que todavía no se ha realizado la obra anunciada por el Consejo Insular de Aguas el pasado 6 de junio para elevar aguas desde el canal intermedio hasta la balsa de Cuatro Caminos, pasando por Las Martelas, a pesar de que se dijo que en un plazo de un mes sería una realidad.

La sequía es bastante peor que el año pasado y también que el resto de las más recientes. 2014 y 2015 han sido períodos con escasas precipitaciones, lo que ha impedido que se recupere el acuífero de la Isla. Además, la falta de lluvias ha hecho que las haciendas no hayan podido aportar prácticamente nada a los embalses, ya que no les sobra agua tras atender a sus agricultores, cuando en anteriores anualidades aportaban un millón y medio y en ocasiones hasta dos millones de pipas a los embalses de Dos Pinos y Cuatro Caminos. Una merma brutal a la hora de satisfacer las necesidades de los agricultores. Por si fuera poco, tampoco se está recibiendo en las citadas balsas agua de algunas galerías del Norte, que ahora están siendo gestionadas por particulares para atender a sus clientes.