La Palma llegará a septiembre hasta las "cejas" de música, romerías, deportes... Y no viene mal. Ahora que la Isla está a punto de dar carpetazo a las Fiestas Lustrales, con la subida el miércoles, día 5, de la imagen de la Patrona desde El Salvador hasta su Real Santuario, tras una resaca de mes y medio de festejos, arrancan los actos en honor de Nuestra Señora de El Pino, en el municipio de El Paso.

Justo cuando el trono de Las Nieves subía en una romería casi familiar hasta su templo en el "monte", el poeta Ricardo Hernández se asomaba al balcón del Ayuntamiento de El Paso para anunciar el comienzo de los actos para honrar a la Madre de manto verde. Antes se había izado la bandera de la Virgen. Ambos eventos (Bajada y El Pino) no coincidían desde hace quince años.

"La Fiesta en el Monte está grabada en el corazón de todos los hijos de El Paso", dijo el pregonero, que defendió la romería de la Virgen "como el acto central que ilumina estas fiestas, con el aire de ceremonia de un ritual sagrado", subrayando que "es algo que nace con nosotros: preparar la carroza o el modesto carrito, la alforja, el zurrón o la bota y acercarse al encuentro con la Virgen, con nuestros más allegados y con el recién venido al que ofrecer lo mejor de nuestras costumbres".

Atrás quedan los Enanos, el Minué, las pandorgas... el acto principal de las fiestas trienales, como bien dijo el poeta, es la romería. Será el 15 de agosto, cuando unas 30.000 personas y un centenar de carrozas desciendan los cinco kilómetros que separan la ermita de El Pino del casco de El Paso.

Antes, durante esta semana, se entremezclan los actos deportivos con talleres, algún concierto o la elección, el día 8 de agosto, de la Romera Mayor, cuyas candidatas fueron presentadas el pasado sábado. Ambas fiestas no son comparables en cuanto a programas festivos, ¡tampoco es eso!, pero sí a fe. Además, El Paso también tiene su concierto de referencia. En este caso, será el día 22 de agosto, con la actuación de Antonio Orozco.