Hace seis años, promovió el juego de la rana entre sus alumnos. Estaba lloviendo, no hubo recreo al no poder salir al patio y se le "ocurrió" supuestamente colocar de cuclillas a los escolares menos aplicados, según su criterio, debajo de la pizarra con la boca abierta y los ojos cerrados, para que sus compañeros lanzaran tizas a "canasta". El maestro fue expedientado, sancionado y llevaba seis años apartado de la docencia.

Todo ocurrió en el colegio Mayantigo, de Infantil y Primaria, en Los Llanos de Aridane. El docente, acusado además de otros tratos vejatorios, cumplió la pena y solicitó su reincorporación al puesto de trabajo, en el mismo centro. Sin embargo, la Asociación de Padres y Madres de Alumnos ni olvida ni perdona y se muestra contundente a la hora de reclamar que el profesor sea apartado no solo de la escuela donde se forman sus hijos sino que, además, se le impida dar clases a menores de edad, con independencia del centro.

La Consejería de Educación, en cumplimiento de la ley, autorizó la reincorporación del docente, que llegó al colegio el pasado 1 de septiembre, aunque antes de que comenzaran las clases, en concreto el día 7 del mismo mes, presentó la baja, tras supuestamente detectar el descontento hacía su persona por los "métodos" utilizados en 2009.

La presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos del Mayantigo, Celia Díaz, se desplazó ayer a la Delegación en La Palma de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias para presentar un escrito firmado por más de 200 padres, también dirigido a Inspección Educativa, en el que se solicita que el maestro objeto de la polémica no pueda dar clases a menores de edad.

Celia Díaz explicó ayer a EL DÍA que "para nosotros es un alivio que esté de baja. Queremos que lo deriven, dentro de Educación, a una escuela por ejemplo de adultos, que no esté en contacto con niños; lo que no queremos para nosotros tampoco lo queremos para los hijos de otras personas".

La presidenta del AMPA informó además de que los padres y madres afectados directamente han presentado un escrito ante la directora del CEIP Mayantigo en el que exponen que en caso de que el maestro se reincorpore a su puesto de trabajo -en principio tiene asignada una tutoría de segundo curso de Primaria, además de clases de inglés a otro grupo de alumnos-, se negarán a que sus hijos entren en clase para recibir formación de este docente.

Los padres esperan que Educación tome con celeridad una decisión satisfactoria "para los intereses de los menores" y que su plaza sea cubierta de forma permanente por otro maestro que, como es norma general y ocurre en el 99% de los casos, respete la integridad física y psicológica de los alumnos.