La Bajada 2015 ha sido la menos costosa en presupuesto de los últimos lustros y, además, la que menor déficit presenta, de entre 225.000 y 250.000 euros, según el informe elaborado por el interventor del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, adelantado en su edición de ayer por EL DÍA, a pesar de que se recaudó aproximadamente un 28% menos en la venta de entradas, con respecto a lo previsto.

La última edición de las Fiestas Lustrales tuvo un coste de dos millones de euros, mientras que en 2010 alcanzó los 3,1 millones, en 2005 pasó de los 3,3 y en el año 2000 rondó los tres millones de euros. Además, el déficit acumulado en anteriores ejercicios llegó a ser, en algunos casos, casi el triple que en este ejercicio. Con ello, la aportación del ayuntamiento a la Bajada ha sido mejor que en otras ocasiones. Y es que en lustros pasados llegó a poner más de 1,5 millones, mientras que en esta edición le fue suficiente con unos 600.000 euros.

Partiendo de la base de que los datos económicos de las Fiestas Lustrales fueron, por tanto, bastante aceptables en comparación con lo que suele ser habitual, siempre según el informe del interventor de la capital, lo que deja al descubierto el control en su organización de los responsables públicos, no es menos cierto que pudo ser incluso mejor de haberse cumplido con las expectativas en la venta de entradas para los diferentes espectáculos que principalmente se celebraron en el Recinto Central.

Ese fue el capítulo que evitó que las cuentas cuadraran, lo que, por otro lado, hubiera sido un hecho casi histórico. Así, el Patronato de la Bajada presupuestó 930.000 euros de recaudación por la venta de entradas para los diferentes espectáculos y, sin embargo, apenas llegó a los 675.481 euros, es decir, un déficit de 258.518 euros. Una de las causas que pudieron motivar esa disminución fue la contratación de un recinto con menor graderío, aunque también es verdad que esa realidad supuso, como beneficio, que se presentaran empresas interesadas en montar escenario y gradas por un menor coste. Además, tan solo hubo cartel de todo vendido en la danza de los enanos, y tampoco para todas las funciones.

Otro dato decisivo para explicar los ingresos por taquillas es que el ayuntamiento decidió arriesgar el menor dinero público posible en la negociación de los principales conciertos, dejando que las entradas fueran para los promotores de los espectáculos a cambio de que las arcas municipales aportaran una menor cantidad. La menos posible. Por ello, con 100.000 euros se logró traer a La Palma a los cantantes Juan Luis Guerra, Raphael y Pablo Alborán, cuando en realidad el caché tan solo del artista dominicano fue de 136.000 euros (150.000 dólares), más hotel, comidas y el traslado del artista y de sus 30 acompañantes, lo que estaba fuera del presupuesto y el riesgo fijado por la Bajada.

En el resto, las Fiestas Lustrales supo contrarrestar las pérdidas en algunos conceptos con las ganancias en otros, destacando los 75.000 euros de más obtenidos en la aportación de patrocinadores, incluyendo a la Autoridad Portuaria y a la Fundación CajaCanarias, negociaciones para las que se contrató a una empresa especializada.

Otro concepto donde lo recaudado fue bastante inferior a lo previsto fue en la instalación de quioscos, con un negativo de 43.000 euros. Y, pese a ello, el control del gasto evitó que la Bajada 2015 fuera semejante en lo económico a lo vivido en anteriores lustros. Y, además, con un presupuesto austero y más riguroso, según refleja el informe de Intervención.