La dimisión del Consejo Ciudadano de Podemos en La Palma y de su Secretaría Insular cierra un proceso de enfrentamientos internos iniciado desde el momento en el que las primarias para decidir los "rectores" del partido en la Isla, celebradas a principios de 2015, proclamaron ganadores a la plancha que no contaba con el respaldo ni la confianza de la dirección regional.

En realidad, los dimitidos, con Mikal Rodríguez como referente, nunca tuvieron el control de Podemos. Desde la dirección regional se apostó, incluso pese a perder en las primarias insulares, por la plancha en la que se encontraba el actual consejero del grupo mixto en el Cabildo de La Palma, Dailos González, "puenteando", según coinciden las diferentes fuentes consultadas por esta redacción, a la opción que había contado con más apoyos.

La situación de distanciamiento llegó a tal punto que los dirigentes de Podemos en Canarias optaron en sus visitas a La Palma por reunirse preferentemente con el grupo de Dailos González, dando la espalda a los órganos insulares de la formación, dejando al descubierto las diferencias existentes y las preferencias evidentes de la dirección regional. Sí, también en Podemos hay escalafones.

Los perdedores en las primarias llegaron incluso a crear un círculo nuevo de economía y sostenibilidad con el que trataron de dar "esquinazo" a la dirección insular.

Meses después de votar por la estructura insular, se produjeron unas primarias para elegir a los candidatos al Cabildo de La Palma y al Parlamento de Canarias por la Isla. En esta ocasión, ganó la lista impulsada desde la regional, lo que hizo que durante la campaña electoral el equipo del actual consejero sí contara con la presencia y apoyo de políticos como Noemí Santana. El sector de Mikal Rodríguez ha sostenido, al menos en privado, que fueron unas votaciones manipuladas, con un censo inflado y abierto; es decir, cualquier persona podía inscribirse (también a través de internet) cuando el proceso estaba ya en marcha.

En el mes de septiembre de 2015, a raíz de la contratación de Rodrigo Laiz como personal de confianza del grupo mixto en el Cabildo, la propia dirección insular de Podemos, cada día más apartada, criticó la decisión, después de que ni tan siquiera fuera debatida o, al menos, consultada.

En la actualidad, la estructura orgánica insular de Podemos es prácticamente nula, apoyándose en el organigrama regional. Aquellos círculos que se convocaban en las plazas o calles de los diferentes municipios han desaparecido. Tampoco tienen un espacio físico en el que concentrar su actividad, pese al apoyo importante logrado en las últimas elecciones.

Para rizar el rizo, las relaciones en el grupo de Podemos que apoya su regional no están siendo las mejores. Sorprende la poca repercusión mediática que se está dando al trabajo y a la figura de Dailos González, su principal referencia y, sin embargo, cada vez más desplazado.