El quiosco de Dora vivía del tránsito de los alumnos del instituto Luis Cobiella Cuevas y del colegio Santo Domingo de Guzmán (La Palmita), en plena subida a El Pilar en Santa Cruz de La Palma. Golosinas, bocadillos, pachangas, un refresco...

De aquella buena época hace ya años. Los jóvenes de Secundaria tenían autorización para salir a media mañana del centro, al contrario de lo que habitualmente ocurre ahora, y no pocos acudían al quiosco en busca de "avituallamiento" a un precio bastante asequible, incluso para aquellos tiempos. Dora pudo sobrevivir con su pequeño negocio en un lugar estratégico. La caja daba al menos para seguir "tirando".

Ha pasado el tiempo y el establecimiento lleva años cerrado. Está deteriorado e invita a ser retirado. Pero no es el único. Lo mismo ocurre con el quiosco que durante un tiempo dirigió Manolo, ubicado en la avenida de Los Indianos, donde sí estaba autorizada la venta de alcohol. Tampoco ha sobrevivido. Por esa acera pasan miles de personas, que pueden comprobar los desperfectos del puesto.

La situación de ambos quioscos fue llevaba a sesión plenaria por el concejal de Izquierda Unida Canaria (IUC), Antonio Érmetes Brito, quien afirmó que estas instalaciones "están en un estado semirruinoso", reclamando al grupo de gobierno que procediera a su retirada. A propósito, el concejal de Obras, Infraestructuras y Servicios Públicos, Manuel Abrante, reconoció que la idea era efectivamente eliminarlos, pero "hay que negociar con sus dueños".

Pese a la afirmación del edil socialista, la realidad es que son quioscos que ocupan un espacio público, en plena vía, que llevan años cerrados y que deben estar disfrutando de una concesión administrativa que todo apunta que debe estar caducada.