El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma tendrá que abonar cerca de 13.200 euros a un trabajador municipal por las horas extraordinarias realizadas en los meses de mayo, junio y julio con motivo de las Fiestas Lustrales, según los partes presentados y que fueron aceptados por la primera teniente de alcalde y concejal de Cultura y Fiestas, Guadalupe González Taño, y a los que ha tenido acceso esta redacción.

Falta aún por contabilizar las horas extraordinarias por la preparación de los últimos actos que se desarrollaron en honor de la Patrona, y que tuvieron lugar en los primeros días del mes de agosto de 2015.

Durante el mes de mayo, este trabajador, con la categoría de animador sociocultural y que fue la "mano derecha" del gerente de la Bajada, Jesús Morera, realizó un total de 122 horas extras, es decir, una media de unas cuatro horas al día, incluyendo (para que salga esa media) todos los sábados y domingos del mes. Por las mismas, debe percibir un total de 3.128,02 euros.

La realidad es que el esfuerzo de esta persona en junio tuvo que ser mayúsculo en beneficio de las Fiestas Lustrales, a tenor al menos de las 198 horas que realizó en ese período, siempre según los partes presentados y rubricados por la responsable del área, una cifra que si se divide entre los 30 días del mes sale una media de 6,6 horas extraordinarias, lo que le reportará 5.076,72 euros.

En julio, la situación fue muy similar al mes anterior. En este caso, las horas extras "pasadas" al jefe de Servicio y, con posterioridad, a Guadalupe González Taño alcanzaron las 192, por un montante global de 4.922,88 euros, es decir, una media cada día (con sábados y domingos incluidos) de cerca de 6,2 horas extraordinarias, sin sumar la jornada habitual de todo operario municipal.

Este animador sociocultural cobrará cada hora extraordinaria realizada a 25,64 euros. A propósito, hay que destacar que las 512 horas se contabilizaron como festivas y nocturnas, por lo que se entiende -sería la explicación más lógica- que debe existir un acuerdo entre ayuntamiento y trabajadores para que en las Fiestas Lustrales lo que se realice fuera de la jornada habitual se sume de esa manera.

La realidad es que con estos datos sobre la mesa queda al descubierto que el Patronato de la Bajada necesitó más de lo recomendable a una sola persona para sacar adelante el trabajo que cada día se fue acumulando, con un gasto económico que además se puede entender excesivo para el ayuntamiento. Quizás hubiera sido más conveniente para evitar sobrecargas de trabajo contratar con el mismo dinero a dos o incluso tres desempleados durante tres meses, ya sea a través del propio ayuntamiento o, si la ley lo impide, por medio de un convenio con Sodepal, empresa dependiente del Cabildo pero con personalidad jurídica propia para establecer acuerdos con otras instituciones.

Sin embargo, el ayuntamiento decidió rodear al gerente de su propia gente, ya que también contó con personal vinculado al área de Fiestas y Cultura, y pagar, como corresponde, horas extraordinarias. Sí contrató trabajadores para aspectos vinculados al Recinto Ferial, reforzando el servicio de limpieza con una empresa externa y "fichando" a un fotógrafo y a una responsable de protocolo.