El fuerte olor a quemado que aún se respira en el CEIP Mariela Cáceres de Los Llanos de Aridane, tras el incendio que se registró el pasado viernes en un vertedero municipal incontrolado, está provocando que centenares de niños no acudan a clase, y que varios maestros hayan tenido que abandonar el centro al sufrir mareos e incluso nauseas provocadas por la supuesta contaminación del aire.

El colegio cerró el viernes por el fuego que se inició en un estanque antiguo utilizado como vertedero, anexo al centro educativo. El lunes abrió sus puertas, pero apenas fueron siete alumnos a clase de los cerca de 400 que tiene el CEIP. Ayer, la cifra de escolares aumentó, pero tan solo a una treintena. Los padres del resto de menores han decidido que permanezcan en sus viviendas hasta que desaparezca en su totalidad el humo y el olor a quemado de las aulas. Reclaman plenas garantías de que no hay toxicidad alguna en el ambiente.

La presidenta de la asociación de padres y madres de alumnos del "Mariela Cáceres", Sandra Paz Rodríguez, informó a EL DÍA de que "ya no hay incendio, pero sigue saliendo humo. En el colegio huele, a veces más y a veces menos, pero no es un olor a hierba quemada sino, al contrario, un olor fuerte", añadiendo que "hemos detectado que en el vertedero no había solo restos de podas (como asegura el ayuntamiento)".

La representante de los padres y madres apunta que las clases "no están suspendidas, pero lo que queremos son garantías para la salud de nuestros hijos", sobre todo cuando son conscientes de que "algunos maestros se han tenido que ir para sus casas con dolores de cabeza y nauseas", una situación de lógica intranquilidad que afecta a las familias.

Paz explicó que "lo que queremos es que se nos garantice por medio de un informe que el aire que van a respirar nuestros hijos no es tóxico". La preocupación es tal que algunos padres han planteado la posibilidad de denunciar ante el Seprona para que analice esta situación.

La intranquilidad también afecta a los docentes. A propósito, una de las maestras confirmó a esta redacción que "cuatro docentes han tenido que acudir a su médico con dolores de cabeza, picores, asfixia, nauseas... Desde el ayuntamiento lo que nos dicen es que no tienen instrumentos para medir la contaminación en el aire y que no pueden decretar el cierre del centro, mientras que Educación tampoco nos ofrece una solución. Se pasan la pelota entre el ayuntamiento y la Consejería y en el medio estamos los docentes y los niños".

La misma fuente señala que "los médicos de los docentes afectados han recomendado que bajo ningún concepto puedan seguir inhalando ese humo".

Por el contrario, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane procedió ayer a la reapertura de la escuela infantil, según confirmó a esta redacción la concejal responsable de este servicio, Elena Pais. El centro también se vio afectado por los humos y olores al estar en las cercanías del vertedero en el que se produjo el incendio, por lo que cesó su actividad docente el pasado viernes y el lunes.

LOs llanos de aridane